Los mexicanos padecemos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero tenemos siempre la opción de aborrecerlo y rechazar sus posturas racistas y populistas. Pero los republicanos que también sufren por tener a un presidente como ese deben comer sapos y respaldar a su mandatario, sobre todo en este 2018 que es año electoral. Deja … Continued
Los mexicanos padecemos al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pero tenemos siempre la opción de aborrecerlo y rechazar sus posturas racistas y populistas.
Pero los republicanos que también sufren por tener a un presidente como ese deben comer sapos y respaldar a su mandatario, sobre todo en este 2018 que es año electoral.
Deja la boca abierta ver como los representantes del Partido Republicano en México, que días antes de las elecciones de noviembre del 2016 en su país respaldaron explícitamente a la demócrata Hillary Clinton, ahora nos digan que Donald Trump es bueno para México.
El argumento es que a nuestro país le ha ido mejor históricamente con los republicanos que con los demócratas y que a pesar de la estridencia del magante-presidente la relación es más estable ahora que con Barack Obama.
Sin poder cerrar los ojos por la sorpresa del discurso, argumentan los republicanos que ahora hay menos deportaciones que en los tiempos demócratas y que hay que esperar la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) para tener una relación más integrada en el hemisferio.
Lo bueno es que en estos tiempos electorales en México estamos entrenados para escuchar las peores barbaridades de boca de nuestros propios políticos, pero ver un intento de vendernos a Trump como un amigo de México va más allá de lo increíble.
Y mientras los republicanos radicados en nuestro país envolvían en celofán a su presidente, éste tomaba su arma favorita y disparaba contra México.
Hombre de obsesiones como es, Trump lleva un año tuiteando repetidamente sobre dos temas: el muro y lo desastroso que le parece el TLCAN. La única diferencia respecto a sus misiles tuiteros de enero del 2017 de los disparos de este enero es que en aquel entonces sólo tenía 140 caracteres para atacar, ahora tiene el doble.
El resumen de su nueva andanada quedó plasmado en la última frase de su tanda de tuits dedicados a México ayer por la mañana: “If there is no Wall, there is no Deal!” (Si no hay muro, no hay acuerdo).
Si ligamos este mensaje con sus declaraciones recientes a la prensa lo que el inquilino de la Casa Blanca quiso decir es que si México no paga por su muro fronterizo, no respaldará la permanencia del TLCAN.
Trump sabe muy bien que en estos momentos lo que realmente mueve a México es su amenaza comercial, más allá del cabildeo local que enfrenta para salvar el acuerdo trilateral.
Este sujeto ha hecho su fortuna con ese estilo de negociación que algunos confunden con la extorsión y si atendemos al calendario el martes inicia la sexta ronda de encuentros entre México, Estados Unidos y Canadá para discutir qué hacer con el TLCAN. Es el mejor momento que ha encontrado el presidente estadounidense para presionar.
No tienen ninguna relación el muro fronterizo que quiere construir con la relación comercial vía el TLCAN. Pero la lógica no es su fuerte.
¡Qué trabajo tan difícil para los republicanos hacer campaña con este personaje! Y el más ingrato de los trabajos es el de los representantes de ese partido en México que nos quieren convencer que Trump es bueno para México. ¡Válgame Dios!