El general secretario rehusó la insistencia del diputado Barrera de que la comparecencia se diera en el recinto parlamentario, en vez de, como se han hecho hasta ahora, en la Defensa
Parece haberse quedado solo el diputado, Sergio Barrera, de Movimiento Ciudadano, secretario de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, en su pretensión de que compareciera ante ella el secretario de la Defensa, a rendir cuentas del desastre que viene cargando por el agujero de los Guacamaya leaks, del que no ha ofrecido una explicación.
El general secretario rehusó la insistencia del diputado Barrera de que la comparecencia se diera en el recinto parlamentario, en vez de, como se han hecho hasta ahora, en la Defensa.
Todo el oficialismo, pero también el PRI y el PAN, dejaron solo a Barrera en su batalla, al tiempo que el secretario de Gobernación la subía de tono, durante una gira por los estados donde promueve ilegalmente su precandidatura presidencial.
El secretario de Gobernación elevó el incidente al rango de una ofensa del diputado al general secretario, por insistirle en la comparecencia debida, en el lutgar debido, aunque la costumbre la haya hecho siempre en otra parte. No sé si el diputado Barrera tiene facultades para convocar a los responsables de las fuerzas armadas a comparecer ante la Comisión de Defensa de la Cámara.
Lo que me parece evidente es que está expresando con claridad la inquietud pública de los tiempos que corren, cuando el Ejército ha tomado muchos espacios del gobierno civil, al tiempo que muestra notorias deficiencias en sus tareas específicas: la seguridad nacional, burlada por el hackeo guacamayo, y la seguridad pública, desbordada por el crimen. Las fuerzas armadas han aceptado la visibilidad, el protagonismo y las nuevas responsabilidades que les ha entregado el actual gobierno.
Deben rendir cuentas de ellas como los demás funcionarios del gobierno, con las restricciones de confidencialidad del caso, pero sin ninguna otra.
Más aún: estos militares con nuevas responsabilidades civiles, son en cierto sentido actores políticos nuevos, y deben ser sometidos a un escrutinio también nuevo, mayor del que tenían, pues tienen mayores cuentas que rendir. Por lo demás, el diputado Barrera sólo se adelanta a lo previsto por el propio Congreso, quien aprobó que el Ejército siga en las calles pero con las “salvaguardas” de que haga dos veces cada año eso a lo que hoy se rehúsa: comparecer.