Para elevar el castigo al comercio ilegal de la gasolina está en ciernes una reforma al marco legal vigente. Los chupaductos se combaten en el terreno con la fuerza pública, pero ¿y aquellos gasolineros que la venden en sus expendios? ¿Y los autotransportistas —de carga y de pasajeros— que llenan sus tráileres, pipas y camiones … Continued
Para elevar el castigo al comercio ilegal de la gasolina está en ciernes una reforma al marco legal vigente. Los chupaductos se combaten en el terreno con la fuerza pública, pero ¿y aquellos gasolineros que la venden en sus expendios? ¿Y los autotransportistas —de carga y de pasajeros— que llenan sus tráileres, pipas y camiones en sus propias naves industriales?
El pleno del Senado de la República dispuso dar dientes al SAT para intervenir en estos asuntos. Aquellos que no cuenten con los controles volumétricos y los dictámenes de calidad de los hidrocarburos, serán sancionados con multas, hasta por 3 millones de pesos. Será considerado delito: realizar, permitir o entregar a la autoridad registros falsos, incompletos o inexactos en los controles volumétricos. Para este nuevo tipo penal, la sanción será de tres a ocho años de prisión, debido a que se trata de una de las áreas estratégicas del Estado.
Las modificaciones afectarán al Código Fiscal de la Federación, a la Ley Aduanera, al Código Penal Federal y a la Ley Federal para Prevenir y Sancionar los Delitos cometidos en materia de Hidrocarburos. Quedaría establecido un plazo máximo de 15 días para el almacenaje de combustible en el depósito ante la aduana, a fin de proteger la continuidad, calidad, seguridad, eficiencia y garantía de suministros de dichas mercancías. Y se faculta a la Comisión Reguladora de Energía para imponer medidas de prevención, como la suspensión temporal, total o parcial, inhabilitar, inmovilizar equipos, instalaciones, vehículos o sistemas, cuando exista advertencia de actividades ilícitas reguladas sin permiso o no se acredite la adquisición lícita de hidrocarburos, petrolíferos y petroquímicos.
En el corto plazo, el trabajo conjunto de los agentes aduanales y las autoridades federales inhibirá el contrabando de hidrocarburos pero esta coordinación apuesta por la implementación de un modelo de “aduanas invisibles” para el 2030.
Esto no quiere decir que para entonces ya no existan físicamente las aduanas; se refiere más bien al proceso de facilitar las operaciones de aquellos actores de quienes se tiene un registro claro de sus operaciones. Es decir, a las empresas que importan-exportan y hacen las cosas bien, que el gobierno los conoce y que sabe en dónde están, qué producen, a quién le venden, qué transportistas utilizan y con qué agente aduanal operan, no tendrán por qué revisarlas; sólo a aquellas que puedan representar un riesgo para el país. Sin embargo, si esa misma empresa altera sus procedimientos, comprándole a otro proveedor o iniciando operaciones con algún país que tiene fuertes operaciones de tráfico de drogas, seguramente se le hará revisión.
La trascendencia de este modelo es que está cambiando el rol de las aduanas en México como primer punto de inspección y revisión en materia de seguridad y contrabando. Hace unos años, hasta que la mercancía llegaba a la aduana, las autoridades y los agentes aduanales podían revisar de qué producto se trataba y de dónde venía. hoy en día, con tanta información, se pueden predecir muchas operaciones con un buen análisis de riesgo, incluso previo a su embarque. De esta forma, la aduana se convierte en el último punto de revisión y, para efectos de competitividad y modernización, es un cambio significativo.
La ventanilla única ha sido otro actor clave en la creación de las aduanas invisibles. En este sentido, debemos reconocer que México tiene una de las aduanas más modernas del mundo, siendo líder no sólo en el continente sino también en Europa y Asia con la puesta en marcha de programas como la ventanilla única, que opera desde hace cuatro años (Estados Unidos recientemente arrancó su ventanilla y Canadá está por hacerlo). La importancia de contar con un portal donde se concentren las gestiones históricas de todas las dependencias gubernamentales, es que se obtiene trazabilidad. Además, por su carácter digital, la ventanilla única elimina la posibilidad de que se presenten documentos apócrifos y facilita la atención a los usuarios, eliminando tiempos y costos de traslado. En este momento estamos trabajando en la creación de ventanilla única 2.0, una nueva versión que ya tiene sistemas o lenguajes abiertos y está basada en la nube.
Actualmente, la Aduana tiene el Proyecto de Integración Tecnológica y Aduanera, que está muy relacionado con lo que se está haciendo en la mesa de modernización, pues con esto la Aduana pretende automatizar el proceso de la entrada y salida de mercancías, en los puntos donde aún interviene el factor humano. Sin embargo, esto implica una ambiciosa inversión en infraestructura, como el reemplazo de las casetas por arcos con lectores.
El nuevo modelo —las aduanas del siglo XXI, de acuerdo a la terminología del SAT— se ha implementado gradualmente. Hace dos años, arrancó la implementación del despacho aduanero de mercancías en el propio domicilio de las empresas, para agilizar los procesos de exportación.
Para diciembre de ese año, se tenían 64 compañías, mismas que efectuaron 14,181 operaciones. Y para junio del 2017 había un centenar de empresas certificadas adscritas a este modelo, en las que se habían efectuado 10,000 operaciones. Al cierre de ese año había otras 42 empresas, principalmente en Torreón, Coahuila, inscritas en ese proceso de autorización.