Existe un dicho popular referente a una persona que ha sido engañada y que lo ignora durante mucho tiempo, mientras que los demás están enterados. La expresión es: “como el cornudo, el último en enterarse”
Existe un dicho popular referente a una persona que ha sido engañada y que lo ignora durante mucho tiempo, mientras que los demás están enterados. La expresión es: “como el cornudo, el último en enterarse”.
Tal refrán se le puede aplicar al exgobernador de Tabasco, exsecretario federal de Gobernación, exprecandidato a la más Alta Magistratura del país, actual coordinador de los senadores de Morena que lleva por nombres y apellidos: Adán Augusto López Hernández; político que cuando gobernó Tabasco su secretario de seguridad pública, Hernán Bermúdez Retana, resultó, sin que su ingenuo jefe jamás se enterara, un auténtico delincuente, comandante en jefe de “La Barredora” célula local del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
El texto servidor que escribe lo que usted lee no quiere precipitarse y condenar al distinguido tabasqueño, por el que siento verdadera simpatía. Desde la primera vez que lo vi me recordó las hilarantes películas de vampiros del Cine Nacional. Haré mías las palabras de la presidenta de la República al ser inquirida sobre si la corcholata que, en su momento, compitió con ella y cuatro más para anclar en el puerto presidencial, conocía los vínculos delincuenciales de su colaborador policial: “Tienen que seguir las investigaciones (…) La Fiscalía del Estado y si es requerida , la Fiscalía General de la República tienen que solicitar, tienen que hacer las investigaciones y, en todo caso, de ellas tienen que surgir los elementos que pudieran orientar a la culpabilidad de una persona o no”.
Por lo que respecta a la fiscalía local, la carpeta de investigación está abierta y ya existe una orden de aprehensión contra el mal amigo del crédulo senador. En cuanto a la fiscalía de la República, a pesar de que su titular trabaja menos que el Ratón Pérez en un asilo de ancianos, obtuvo la ficha roja de Interpol para el judas que se atrevió a engañar al hombre que pudo ser presidente de la República.
Por su parte, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana —este trabaja más que el dentista de Ronaldinho— Omar García Harfuch, informó que los delitos que se le imputan al desleal subalterno que abusó de la buena voluntad de su jefe son: asociación delictuosa, extorsión y secuestro. El muy cobarde huyó al extranjero. Además subrayó que ya les hecho el guante —en Tabasco se juega mucho béisbol— a nueve miembros de la llamada “Barredora”, la banda capitaneada por el Comandante H.
Seguramente por prudencia Hernández López permaneció en silencio a pesar de la insistencia de los molestos periodistas a que declarará sobre el caso. No lo hizo hasta que la presidenta Sheinbaum, sugirió: “Sería pertinente que diera su versión”; Entonces, de manera lacónica, para no quitarle protagonismo a la mandataria, por medio de X manifestó: “Aunque no he sido requerido, estoy a la orden de cualquier autoridad que solicite mi presencia”. El pasado domingo durante la octava sesión extraordinaria del Consejo Nacional de Morena, recibió el apoyo de algunos amigos que aún no lo traicionan; esto lo fortaleció y, valientemente, se sinceró sobre el cargo que, equivocadamente, le dio a un traidor: “No. La verdad es que no, no sospeché, si hubiese yo sospechado de él pues inmediatamente lo hubiésemos separado del cargo”.
Hasta aquí, lectoras y lectores, termina la hipérbole con la que he fingido ser lo que en el medio periodístico se conoce como “chayotero” a favor del senador que si tuviera un mínimo de vergüenza debería renunciar. De lo contrario está perjudicando a Morena y de pasada al gobierno de la doctora Sheinbaum.
Ojalá y se apareciera Dios en el Senado para que expulsara a Adán del Paraíso Terrenal del Presupuesto.
Punto final
Ya se supo a que se debió el rompimiento entre Elon Musk y Donald Trump. Elon cambió el nombre de Twitter por X. A Donald le hubiera gustado que lo cambiara por otras letras, sus favoritas: KKK.