El breviario viene a cuento por la muerte del capitán Adrián Omar del Ángel Zúñiga durante “un ejercicio de tiro real” en Puerto Peñasco, Sonora
El pasado 14 de febrero dos militares de Kuwait resultaron muertos y otros dos heridos en un ejercicio de “tiro nocturno con munición real”, informó la comandancia de las fuerzas armadas de ese país.
En junio de 2023 algo similar ocurrió en Japón. El responsable fue un recluta de 18 años de las Fuerzas de Autodefensa. “Se trató de una tragedia absolutamente imperdonable para una organización encargada de manipular armas”, declaró el comandante, y la policía concluyó que el asesino ultimó a sus instructores “con la intención de matar”.
El breviario viene a cuento por la muerte del capitán Adrián Omar del Ángel Zúñiga durante “un ejercicio de tiro real” en Puerto Peñasco, Sonora.
Es la primera vez que me entero de algo tan insólito en México, sobre todo porque el grado militar del difunto indica que estaba fogueado en lo primero en que son capacitados los soldados: el disparo de armas.
En las vísperas, dicen que “suicidado”, murió otro capitán de la Marina, Abraham Jeremías Pérez Ramírez, cabeza de la Unidad de Protección Portuaria de Altamira, Tamaulipas.
Ambos decesos ocurren en la efervescencia del escándalo por el involucramiento de altos mandos navales en el huachicol fiscal.
Con ellos suman cuatro los marinos muertos, dos de ellos asesinados, relacionados directa o indirectamente con los sobrinos políticos del titular de la Secretaría de Marina en el gobierno de López Obrador, Rafael Ojeda Durán: el vicealmirante Manuel Roberto Farías Laguna y el contralmirante Fernando Farías Laguna.
En los dos años recientes, en el puerto de Altamira (Golfo de México), 31 buques con diésel documentado como otra sustancia fueron introducidos al país de manera clandestina. La operación cesó con el decomiso de un buque-tanque cargado con 10 millones de litros de combustible, el 31 de marzo.
Lo mismo, por lo visto, pasaba de lado del Pacífico, en Baja California donde, en un predio entre Rosarito y Ensenada, fueron asegurados ocho millones de litros de hidrocarburo clandestino.
Del que se presume “suicidio” se niega que haya sido sobornado por los hermanos Manuel Roberto y Fernando Farías Laguna.
Con los asesinatos de otro capitán de fragata y un contralmirante en 2023 y 2024, el sospechosismo es inevitable:
Del Ángel Zúñiga había fungido como subadministrador de Operación Aduanera en el puerto de Manzanillo y lo relevó el capitán Sergio Emmanuel Martínez Covarrubias, quien, a dos semanas de asumir el cargo, fue sacado a la fuerza de un restaurante por hombres armados y dos días después apareció su cuerpo. Fue asesinado.
Martínez Covarrubias había llegado en reemplazo del capitán Adrián Omar del Ángel Zúñiga (el fallecido en la “práctica de tiro”), y en su lugar entró el contralmirante Fernando Rubén Guerrero Alcántara, ex director de la aduana de Veracruz quien, retirado ya de la Marina, fue masacrado en Manzanillo el 8 de noviembre de 2024, cuatro meses después de haber denunciado la red de corrupción de los poderosos sobrinos…