Los obispos de la CEM denunciaron que algunos discursos públicos construyen una narrativa que no corresponde al día a día de millones de mexicanos
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) acusó que la violencia en México se volvió cotidiana, por lo que llamó a la unidad.
Como parte de su CXIX Asamblea Plenaria, los obispos de México reflexionaron sobre “las dolorosas realidades” del país, para las cuales reconocieron que “no tenemos solución”, pero sí trabajan en buscar alguna mediante el diálogo.
No podemos ser indiferentes ante el sufrimiento de nuestro pueblo. No podemos permanecer neutrales cuando está en juego la dignidad de las personas”, refirieron.
Los obispos de la CEM denunciaron que algunos discursos públicos construyen una narrativa que no corresponde al día a día de millones de mexicanos.
Expresaron que “nos dicen que la violencia ha disminuido”, pero que en la realidad “muchas familias experimentan otra realidad” por haber perdido a seres queridos o vivir con miedo.
Igualmente, “nos dicen que se combate la corrupción“, pero que ante casos graves y escandalosos prevalece la impunidad.
En el tema económico, subrayaron que hay “muchas familias que no pueden llenar su canasta básica” y jóvenes sin oportunidades de empleo.
Cuestionaron también el respeto a las libertades, toda vez que “quienes expresan opiniones críticas son descalificados y señalados desde las más altas tribunas del poder”.
Asimismo acusaron que aún y cuando se presume a México como el país más democrático del mundo se han comprometido los organismos e instituciones que garantizaban una auténtica participación ciudadana “para concentrar el poder arbitrariamente”.
Vivimos tiempos difíciles, la violencia se ha vuelto cotidiana. Ese cáncer del crimen organizado que padecemos desde hace años ha extendido sus tentáculos a muchos rincones del país. Ninguno de los dirigentes que gobierna este país ha logrado erradicar este mal”, sentenciaron.
Los obispos de México enfatizaron que muchas regiones del país siguen bajo el dominio de “los violentos”, con lo que continúan los asesinatos y las desapariciones.
Indicaron que la inseguridad es cotidiana también al transitar por caminos y autopistas.
Que la delincuencia organizada sigue forzando el desplazamiento de familias enteras y que las extorsiones son ya sistemáticas para empresarios, agricultores y transportistas, así como para familias humildes.
Sigue derramándose sangre inocente en nuestras calles, pueblos y ciudades”, acusaron.
El Episcopado Mexicano también recriminó que dicha violencia se ha extendido a la Iglesia, con sacerdotes, religiosas y agentes de pastoral amenazados y asesinados por alzar la voz.
Hemos tenido que llorar la muerte de varios hermanos presbíteros que dieron su vida sirviendo a sus comunidades.
Sentimos el dolor por todos aquellos que buscando el bien han sido sacrificados.”
Reiteró así su cercanía con las víctimas, los pobres, “los que sufren”.
Porque amamos a este pueblo del que somos parte. Porque amamos a esta que es nuestra nación. Y precisamente por ese amor no podemos callar ante lo que está mal”, finalizaron los obispos.
Con información de López-Dóriga Digital