Se están viviendo tiempos difíciles; no compliquemos lo que fácilmente se puede prevenir. Vayan a vacunarse
A casi seis años del primer caso de COVID-19 registrado en el mundo, aún no podemos tirar la toalla. Aunque por fortuna lo peor ha quedado atrás, sería un gran error pensar que el virus ya no representa un riesgo. Con la llegada del invierno, los contagios y las hospitalizaciones vuelven a aumentar.
De acuerdo con datos de la Dirección General de Epidemiología (DGE), al corte de la semana número 45 en México se han contabilizado 262 muertes por COVID-19. Son menos que en los años críticos, sí; pero siguen siendo vidas que pudieron haberse salvado.
Se han reportado 135,517 casos sospechosos de COVID-19, de los cuales se han confirmado 7,044, pero recordemos que, a diferencia de la pandemia, esta cifra puede ser subestimada, debido a que en la actualidad una prueba de antígeno que se realiza en una farmacia o en casa difícilmente se reporta a la Secretaría de Salud, lo que quiere decir que el virus sigue estando entre nosotros.
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La vacunación masiva del 2021 cambió el rumbo de la pandemia: redujo hospitalizaciones, complicaciones y defunciones. Ese principio sigue vigente hoy. La vacuna contra COVID-19 es anual, con dosis adicionales para adultos mayores y personas inmunocomprometidas; además, puede aplicarse junto con la de la influenza. Ninguna evita al 100% el contagio, pero ambas reducen drásticamente la probabilidad de un cuadro grave o de morir.
Este año hemos visto que las mayores tasas de hospitalización por COVID-19 ocurrieron en menores de 4 años y en adultos mayores de 75, además de personas inmunocomprometidas o con enfermedades metabólicas mal controladas. Son grupos vulnerables que dependen, en gran medida, de la vacunación y de la prevención de quienes los rodean.
La solución, en realidad, no es complicada: acudir a vacunarse, ya sea en instituciones públicas o privadas. No se trata de vivir con miedo, sino con responsabilidad. El COVID-19 ya no es la amenaza que paralizó al mundo, pero tampoco es una simple gripa. Es un virus respiratorio estacional que seguirá regresando cada año. Y dependerá de nosotros —como sociedad y como sistema de salud— que ese regreso no vuelva a costar vidas que pudieron evitarse.
Como he escrito anteriormente, las vacunas han sido lo que ha ayudado a que la humanidad pueda vivir más tiempo y con mayor salud; la recomendación es acudir con su médico de cabecera para corroborar que se cuente con el esquema de vacunación completo de acuerdo con su edad y sus comorbilidades, en caso de que cuente con ellas. Se están viviendo tiempos difíciles; no compliquemos lo que fácilmente se puede prevenir.
Honrar a quienes perdimos no solo es recordarlos: es evitar que otros se sumen a esa lista.
Dr. Maximiliano Téllez-Girón
@DrTellezGiron