
La Iglesia sostiene que los pueblos indígenas tienen un modo de vivir que puede ayudar a recuperar la armonía con la creación y a sanar heridas profundas
La Iglesia católica pidió a la sociedad que otorgue a las comunidades indígenas el peso que merecen en las decisiones que las afectan, y no se limite únicamente a admirar su folclore y sus artesanías.
En su editorial del semanario Desde la fe, la Arquidiócesis de México afirmó: “Reconocer el valor de los pueblos originarios implica mucho más que admirar su folclore o preservar sus artesanías. Significa abrir un espacio real para que su voz tenga peso en las decisiones que afectan sus territorios, su medioambiente y su forma de vivir”.
Y agregó que: “En tiempos de crisis ambiental y social, estas comunidades no son una nota al pie en los libros de historia: son protagonistas de un modo de vivir que puede ayudarnos a recuperar la armonía con la creación y a sanar heridas profundas. Escucharlos no es un gesto de cortesía; es un acto de justicia y de responsabilidad hacia el futuro común”.
En el marco del Día Internacional de los Pueblos Indígenas, celebrado el 9 de agosto, el órgano católico señaló que, en un mundo que avanza a un ritmo vertiginoso, donde las culturas tienden a homogeneizarse y la memoria se desvanece, “los pueblos indígenas nos interpelan con una fuerza silenciosa pero firme”.
Recordó que: “Ellos custodian lenguas, ritos, símbolos y saberes que son fruto de siglos de relación armoniosa entre comunidades. Su modo de entender la vida no es un vestigio del pasado: es una fuente de sabiduría para el presente y una brújula para el futuro”.
“Estas comunidades, muchas veces marginadas y despojadas, han resistido con dignidad a pesar de la incomprensión y la exclusión, del abuso de poderosos que han considerado inferiores sus valores, sus culturas y sus tradiciones”, afirmó la Arquidiócesis.
Sin embargo, dijo: “Siguen siendo guardianes de valores esenciales: el respeto por la naturaleza, la centralidad de la familia y la comunidad, la gratitud por los dones recibidos, y la conciencia de que la vida es un regalo que se cuida en cada etapa”.
“Ellos nos recuerdan que el progreso no puede medirse solo en cifras económicas sino en la capacidad de vivir en equilibrio y en paz con lo que nos rodea”, destacó la Arquidiócesis.
Desde 1995, el 9 de agosto se celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas, en conmemoración de la primera reunión del Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas en 1982, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas.
Este día busca destacar los derechos y contribuciones de los pueblos indígenas, quienes representan aproximadamente 476 millones de personas en más de 90 países, constituyendo más del 6 por ciento de la población mundial.
Con información de EFE