Los forenses aseguran que la joven pudo haber sufrido un episodio de pánico severo al encontrarse enterrada viva
Neysi Pérez, de 16 años, había sido declarada muerta en un hospital tras sufrir un colapso nervioso al escuchar disparos cerca de su casa, ubicada en la localidad de La Entrada, al oeste de Honduras. Estaba casada y en su segundo mes de embarazo.
La familia de la chica decidió enterrarla con el vestido de boda, en el mausoleo familiar, el mismo día que los médicos declararon su muerte.
Al día siguiente, su esposo Rudy Gonzales, fue a visitar la tumba y escuchó los gritos de su esposa pidiendo ayuda, por lo que avisó al cuidador del cementerio, quien asegura por igual haber escuchado ruidos.
“Me convencí a mí mismo de que los ruidos provenían de otro lugar. En ese momento no podía ni imaginarme que había alguien enterrado vivo”, comentó el cuidador.
La familia fue notificada y se dirigieron inmediatamente al lugar y rompieron la tumba. Una vez que sacaron el féretro, trataron de reanimarla sin éxito, por lo que la llevaron al hospital, a pesar de los esfuerzos del personal del hospital, Neysi había fallecido.
“El cuerpo de la joven no presentaba rigormortis y tampoco desprendía ningún olor. Su cuerpo seguía caliente cuando la sacaron del ataúd y tenía las uñas magulladas y heridas en los brazos. Además, el cristal del ataúd estaba roto por dentro”, explicó su prima, Carolina Pérez.
Los forenses que realizaron la exhumación aseguran que la joven pudo haber sufrido un episodio de pánico severo al encontrarse atrapada y el oxígeno se le acabó.
Aquí el video:
https://www.youtube.com/watch?v=VaxyGdtFrNM
Con información de Primer Impacto
Minuto a minuto
