El politólogo Daniel Zovatto analiza la nueva escalada en la campaña militar de Trump contra el régimen de Maduro
Lo que vemos es una nueva escalada en la campaña militar de Donald Trump contra el régimen de Nicolás Maduro.
Estados Unidos ha vuelto a mover ficha y a incrementar la presión, enviando al Caribe el portaaviones Gerald Ford, el más grande y moderno de su flota, acompañado de su grupo de escolta.
La medida, anunciada tras el décimo ataque extrajudicial contra una embarcación presuntamente vinculada a los cárteles —que dejó seis muertos en aguas internacionales—, representa una clara intensificación de la estrategia militar impulsada por Trump, quien ha declarado una “guerra” abierta contra los cárteles de la droga.
El Ford se sumará a una fuerza naval que ya incluye ocho buques de guerra, un submarino, cazas F-35 y un alto número de efectivos bajo el mando del U.S. Southern Command.
Desde el Pentágono, el portavoz Sean Parnell señaló que este despliegue busca reforzar la capacidad de detección y neutralización de operaciones ilícitas que amenacen la seguridad de Estados Unidos.
En paralelo, Trump ha endurecido su retórica contra los gobiernos de Venezuela y Colombia, acusando a Nicolás Maduro y a Gustavo Petro de complicidad con el narcotráfico, mientras deja abierta la posibilidad de llevar la campaña “a tierra firme” en Venezuela.
En mi opinión, nos estamos acercando a un punto de ruptura: (1) un golpe intra-régimen, (2) una salida negociada o (3) operaciones militares quirúrgicas en territorio venezolano.
No creo que la inacción sea una opción para Estados Unidos, dado el nivel de concentración de fuerzas navales, aéreas y militares en el Caribe, sumado a las fuertes declaraciones tanto de Trump como de su secretario de Guerra y su secretario de Estado, quienes califican al Cartel de los Soles como una organización terrorista y responsabilizan a Maduro de ser su jefe.
A esta altura, la pregunta no es si Trump actuará o no, sino en qué consistirá esa acción y cuándo ocurrirá. En mi opinión, será antes de fin de año, o incluso más pronto aún.
Sé que es un pronóstico arriesgado, pero insisto: no hacer nada no parece una alternativa viable para Washington, ya que implicaría un costo político elevado para Trump (TACO) y una victoria que consolidaría el régimen autoritario de Maduro.
¿Qué opinas tú?