
El politólogo Daniel Zovatto analiza las elecciones presidenciales en Ecuador y expone los desafíos que enfrenta en el marco de una futura reforma
Heraldo Muñoz, jefe de la Misión de Observación Electoral (MOE) de la OEA, dio por aprobada la elección de Daniel Noboa. En una línea similar también se expresó la MOE de la Unión Europea.
Sin embargo, según Muñoz hay tres aspectos clave que ameritan una revisión urgente para mejorar la calidad e integridad de futuros procesos electorales en Ecuador:
1. El uso de licencias presidenciales cuando un mandatario se presenta como candidato, lo que plantea serios conflictos de interés.
2. El uso y abuso de recursos públicos en favor del oficialismo durante la campaña, lo que genera condiciones de competencia desigual.
3. La aplicación de estados de emergencia o excepción antes y durante la jornada electoral, medida que puede restringir derechos y beneficiar al gobierno de turno.
Coincido plenamente en que estos tres factores afectan de forma significativa el proceso, generando un ventajismo para el oficialismo. Sin embargo, de acuerdo con la legislación electoral vigente en Ecuador, estos elementos no alcanzan el umbral legal para ser considerados como fraude ni para justificar la nulidad de la elección.
A estos tres puntos yo sumaría otros dos desafíos fundamentales:
•La necesidad de mayor transparencia en el financiamiento político y en las campañas electorales.
•Una regulación más robusta de las redes sociales, especialmente frente a la desinformación y propaganda digital.
Asimismo, en mi opinión es prioritario fortalecer el rol de la Fiscalía Electoral, del Consejo Nacional Electoral y del Tribunal Contencioso Electoral, garantizando su independencia, imparcialidad y capacidad de fiscalización a lo largo de todas las etapas del proceso electoral. Su labor ha sido durante este proceso electoral y en relación con varios temas bastante débil.
En síntesis, hay mucho por mejorar en el marco de una futura reforma electoral. Pero, insisto: nada de lo observado tiene la suficiente gravedad jurídica como para anular la elección celebrada el pasado domingo a la luz de la legislación electoral ecuatoriana vigente.
Conclusión: No veo escenario posible para revertir el triunfo de Noboa.