
Wall Street parece estar viviendo de expectativa: “Confía en que Trump garantizará tasas bajas… aunque haga lo impensable”. Pero esta complacencia tiene fecha de caducidad
El politólogo Daniel Zovatto ofrece un análisis sobre las inéditas intervenciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la Reserva Federal (Fed).
1. Resiliencia a pesar de la erosión institucional
Donald Trump ha avanzado decididamente en su segundo mandato con medidas polémicas: destituciones dentro de la Reserva Federal, incursiones en sus estructuras, presiones al presidente de la Fed e intervenciones inesperadas. Estas acciones han provocado efectos clásicos de incertidumbre —depreciación del dólar, alza del oro— y preocupación por la autonomía institucional.
A pesar de ello, los mercados bursátiles, lejos de desplomarse, muestran una sorprendente tolerancia: los índices no solo se han mantenido estables, sino que el S&P 500 está cerca de máximos históricos. Esta aparente indiferencia —o conformismo— sugiere que los inversores confían en que, a pesar del caos político, obtendrán condiciones monetarias favorables, como recortes de tasas.
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2. El peligro de una complacencia excesiva
Un análisis reciente de Reuters alerta sobre esta dinámica: los mercados han absorbido tantos trucos, como tarifas agresivas y tensiones institucionales, que ahora parecen subestimar los riesgos acumulados. Esta apatía puede alimentar una falsa sensación de seguridad, elevando el riesgo de una caída más profunda en el futuro.
“El mercado ya no se reactiva tan fácilmente ante noticias arancelarias” — apuntaba The Wall Street Journal—, lo que evidencia fatiga informativa y una creciente indiferencia.
3. El precedente de la “Trump Slump”
Cabe recordar que en abril de 2025, la chispa encendida por el anuncio de tarifas masivas disparó una caída histórica en los mercados globales —la “Trump Slump”—, con miles de millones en pérdidas. Sin embargo, esa crisis fue transitoria. Tras una pausa de tarifas y gestos conciliadores, el mercado se recuperó y llegó a cerrar en niveles máximos en junio y julio.
Esto demuestra que, pese a episodios de pánico, la confianza suele reponerse cuando el estímulo monetario o la retirada de tensiones lo permiten.
4. ¿Hasta cuándo? El balance entre esperanza y credibilidad
• Corto plazo: Trump continuará contando con la “paciencia” del mercado mientras las expectativas de recortes en las tasas se mantengan vivas y los beneficios corporativos acompañen.
• Mediano plazo: Si la erosión institucional continúa —por ejemplo, si logra reemplazar más miembros de la Fed o compromete su independencia—, la confianza podría decaer notablemente.
• Largo plazo: La persistencia de desequilibrios fiscales, déficit crecientes y una depreciación sostenida del dólar (11 % en lo que va de año) son indicadores que podrían debilitar seriamente el sistema financiero global.
Conclusión
Wall Street parece estar viviendo de expectativa: “Confía en que Trump garantizará tasas bajas… aunque haga lo impensable”. Pero esta complacencia tiene fecha de caducidad. La pregunta clave no es “¿hasta cuándo seguirán ignorando las señales de alarma?”, sino “¿cuál será el mecanismo que desencadene la próxima crisis: una falla institucional, una corrección monetaria o una pérdida de confianza internacional?”.