Primero, porque hasta la víspera de la toma de posesión, la Presidenta Sheinbaum estuvo muy ocupada en lidiar con el trauma del síndrome del séptimo año en el ánimo de su mentor y antecesor y mucho batalló durante el proceso de transición

Impensable que la Presidenta Claudia Sheinbaum concilie la Reforma Judicial que con el pretexto del “voto popular” es la cereza del pastel que consolidará el inmenso poder de la Presidencia que recibió el pasado uno de octubre

Una paradoja. Derruyeron la reforma democrática consensuada en 1996 y ahora, paradójicamente, temen que, como al Partido Oficial del siglo pasado”, la someta la todopoderosa Presidencia Imperial que resucitaron

Uno supone que la política de seguridad que hoy anunciará el Gobierno de la República tiene como objetivo reducir, poco a poco, la influencia y control territorial de los gobiernos paralelos de las bandas criminales

Con los pendientes del gobierno en obra negra, la Presidenta Claudia Sheinbaum lidia con el lopezobradorismo de la dirigencia de Morena que ya “advirtió contra el pragmatismo que desdibuja principios” y con ambiciones futuristas, incipientes desafíos a su autoridad

Profano en temas jurídicos, quien esto escribe ve entristecido que, al confrontarse con los Poderes Ejecutivo y Legislativo, el Poder Judicial podría estar dando la postrera batalla contra una reforma que nos deja indefensos ante los abusos de las autoridades

Sus impecables credenciales de izquierda de la Presidenta Sheinbaum facilitan tender esos puentes y, quien sabe, podría encontrarse con una veta social y política de ignoto potencial

Pese a tantos los fierros en la lumbre de un Gobierno en obra negra, encontró espacio para convocar a las mujeres al comprometerse a defender los derechos de las mujeres de todas las mujeres

Desconocidos porque no “reconstruyeron el Estado”, revivieron la Presidencia de hace 70 años, y porque cien de los 130 millones de habitantes de México no saben lo que es vivir gobernados por la Presidencia Imperial, sin contrapesos ni controles

El poder es adictivo, dicen, y produce nostalgia en los expresidentes por la gradual pérdida de relevancia y popularidad; pero, por ahora, difícilmente perderá relevancia y popularidad un López Obrador expresidente

Sus adversarios han empezado a criticarlo, afirmando que “la pausa para aclimatarse” esboza la sombra de un maximato. Intranquilidad entre los suyos, pues saben lo pesado que tiene la mano cuando presiona