Ellos se quieren ver menores a su edad, yo me veo de la mía. Florestán.
mayo 2, 2019
Madrid.- Venir a esta cuna siempre es un privilegio.
Recorrer sus calles limpias, moverse en su eficaz sistema de transporte público, caminar sus rincones de día y de noche sin mirar hacia atrás, meterse a cualquier tasca a echar un chato de vino y un pincho, o dos y dos, o una
cañita de cerveza con unos boquerones y unas aceitunas; pasar, por
El Prado a visitar a
Velázquez siempre y por encima de todo, a
El Greco, al inmenso
Goya.
Pero venir a
Madrid en una jornada de elecciones generales que dio al
PSOE su primera victoria en once años, que hundió al
PP por su incapacidad de gestión de gobierno y obscenos excesos en la de corrupción, ver que la ultra nacional-fascista se hace de espacios, 24 escaños, por primera vez en la
democracia española, es, periodísticamente fascinante.
Un resultado electoral que dio el triunfo al
PSOE con 123 escaños, sí, pero no el gobierno por la falta de una mayoría calificada que solo podrá construir vía alianzas con otros partidos por intereses electorales y que llevará a dos rondas de investidura. La primera que perderá
Pedro Sánchez, y la segunda que ganará con la abstención opositora que le permita reducir la vara de la mayoría calificada pero que le subirá la de la negociación.
Y cuando aquí toma pulso a
México, no obstante una primera crisis por la carta cuyo contenido confirmó, primero, y detalló después, el presidente
López Obrador exigiendo el perdón de la corona española a los pueblos originarios por las atrocidades durante conquista y colonia, lo que fue rechazado en forma rotunda por el gobierno del mismo
Sánchez que ganó estas elecciones, en la calle se quiere a los mexicanos como se nos ha querido siempre: por encima de sus gobiernos, a través de esos canales que juntaron sus sangres.
Cierto, en la
casa real y el gobierno, existe el malestar por la revelación de un proceso que en conversaciones privadas se había acordado avanzar, pero no menos cierto es que, como en
México, el tema ha quedado a nivel de los pasillos palaciegos, los de aquí y los de allá.
Aquí, el único tema público de interés en la relación con
América Latina es el de
Venezuela y la
dictadura de
Maduro, la persecución de los demócratas y de la libertad, el encarcelamiento de las ideas, la tentación siempre presente, pero siempre para mí inaceptable, de una
intervención militar de Estados Unidos.
Aquí la exigencia pública de las disculpas por las culpas históricas que hace el presidente de
México no es un tema de arrebato popular, repito, como tampoco lo es en
México.
En todo caso, cuando surge de casualidad, lo desdeñan, porque la mayoría, de allá y acá rechazan el conflicto como herramienta y método de gobierno.
Y debo decir que en este caso, la prudencia en este caso ha estado del lado de los gobernantes de
España.
Nos vemos mañana, pero en privado.
