En el año de una fiesta democrática inédita: mayor votación de la democracia, ningún reclamo por fraude, los perdedores asumiendo ipso facto… los hombres relegaron a las mujeres en poder de las bancadas y mesas directivas de la Cámara de Diputados y el Senado. Más todavía: es la primera vez en la historia en que las … Continued
En el año de una fiesta democrática inédita: mayor votación de la democracia, ningún reclamo por fraude, los perdedores asumiendo ipso facto… los hombres relegaron a las mujeres en poder de las bancadas y mesas directivas de la Cámara de Diputados y el Senado.
Más todavía: es la primera vez en la historia en que las mujeres integran la mitad del Congreso: 63 en el Senado (de 128 escaños) y 241 en la Cámara de Diputados (de 500 curules). Pero… no hay mujeres en el liderazgo de los grupos parlamentarios.
El caso más emblemático de este envío de las mujeres al rincón del desván está en el partido que arrasó en las elecciones del 1 de julio: la mayor esperanza de una mujer para coordinar una bancada la tenía Dolores Padierna, en San Lázaro.
Pero Morena optó por Mario Delgado, quien estará además al frente de la Junta de Coordinación Política; mientras el presidente de la Mesa Directiva será Porfirio Muñoz Ledo, un hombre de 85 años que está para recoger los bats y sólo quita espacio a alguien con más futuro.
Así que, si ni siquiera el partido ganador resultó magnánimo en la victoria con su sector femenino, menos aún lo fueron los partidos aplastados: todos dejaron fuera a las mujeres.
Entonces, en el poder legislativo tenemos a las mujeres en el “poder”… pero sin “poder”. Y acaba siendo una simulación, porque en las pasadas elecciones México consiguió por primera vez en su historia la paridad de género en el Congreso, pero las mujeres tendrán sólo cargos menores.
Sí, algunas mujeres diputadas y senadoras aparecerán como secretarias o presidentas de comisiones, aunque es inútil jugar con las palabras en este tema: la verdadera ejecución en el Congreso estará en manos de hombres. Mucha fiesta cívica, “paridad de género” y bla bla bla.
Pero ellas, siguen detrás de ellos.
Veamos:
—Los jefes de bancada en el Senado son, por Morena, Ricardo Monreal; por el PAN, Damián Zepeda; por el PRI, Miguel Ángel Osorio Chong; por el PRD, Miguel Mancera; por Movimiento Ciudadano, Dante Delgado: y por el Verde, Manuel Velasco.
—Los jefes de bancada en la Cámara de Diputados son, por Morena, Mario Delgado; por el PAN, Juan Carlos Romero Hicks; por el PRI, René Juárez; por el PRD, Ricardo Gallardo; por Movimiento Ciudadano, Alberto Esquer; y, por el Verde, Arturo Escobar.
No habla bien de la vida interna de los partidos políticos que los hombres se amachen y, por ende, tampoco de nuestra democracia, pues el propio Congreso aprobó en 2013 una Reforma Constitucional para garantizar la paridad de candidaturas entre mujeres y hombres en todo el país.
Sin embargo, las mujeres…
Están al margen.
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