Declinar a ocupar una subsecretaria de Gobernación por Tatiana Clouthier se puede entender como un acto de congruencia o libertad para no depender de López Obrador. Desde el mismo momento en que el Presidente Electo apoyó sin limitación alguna a Manuel Bartlett, ahí se dio el rompimiento con la familia Clouthier. Quizá fue un acto … Continued
Declinar a ocupar una subsecretaria de Gobernación por Tatiana Clouthier se puede entender como un acto de congruencia o libertad para no depender de López Obrador.
Desde el mismo momento en que el Presidente Electo apoyó sin limitación alguna a Manuel Bartlett, ahí se dio el rompimiento con la familia Clouthier.
Quizá fue un acto muy bien pensado o quizá fue un compromiso demasiado grande imposible de romper y prefirió sacrificar a Tatiana.
Es por ello que quien fuera coordinadora de la campaña de AMLO, prefiere quedarse como diputada, pues tenía ese colchón para caer en blandito.
Pero también se puede entender que lo que está sucediendo es la señal más clara de lo que veremos a partir del año 2019, en donde muchos de los elegidos para iniciar la “cuarta transformación” se vayan retirando del escenario político por dos razones.
La primera que no fue lo que pensaron y que no querrán ser cómplices de decisiones tan tormentosas y complejas que se verán muy pronto.
El segundo punto es muy sencillo, les impondrán a todo su equipo de trabajo y no tendrán libertad para tomar decisiones, se convertirán en rehenes de sus segundos, que a esos sí les debe un compromiso moral López Obrador.
Así que no les extrañe nadita que veamos renuncias antes de empezar, hombres y mujeres que cuando vean la responsabilidad y sus posibilidades de manejo decidirán no participar.
Tatiana fue congruente, pues difícilmente podrá trabajar con quien piensa que fue uno de los agresores de su padre, pues así lo manifiestan declaraciones de hace décadas, cuando un supuesto “accidente” mato a su padre un 1 de octubre de 1989. Aunque Tatiana ya sabía de la existencia de Manuel Bartlett hace mucho y ni modo que no supiera lo que iba a suceder.
El tema es candente, el equipo de López Obrador se ira modificando conforme pasen los meses, esos virtuosos hombres y mujeres que selecciono para presentarlos en campaña irán declinando poco a poco, simplemente son una especie de gabinete de convencimiento electoral, el bueno comenzará el segundo año de su gobierno y sino el tiempo lo dirá.
De ida
Hermosillo se ha convertido en una ciudad en donde regresamos al pasado cada 3 años.
Llegan alcaldes con bombo y platillo presentando planes de pavimentación de miles y miles de metros cuadrados, salen y el escenario está peor de como llegan.
Es impresionante ver cómo se acaban las calles con unas cuantas lluvias, ya lo comentamos hace unos días, es urgente que quienes lleguen hagan menos metros cuadrados pero que los hagan bien y de concreto hidráulico. Seguir poniendo un pavimento “chafa” es seguir tirando el dinero.
Hermosillo es una gran ciudad, el problema es que lo que se invierte no sirve de mucho.
De vuelta
¡Entonces qué!… se hace o no se hace el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México.
Todo indica que lo dejaran a una especie de consulta popular en donde se supone que los mexicanos decidiremos sobre un tema que no sabemos nada y que al parecer quienes están proponiendo esta barbaridad quieren que el “pueblo” lo descarte, así se lavarían las manos muy a gusto y no tendrían que rendir cuentas a la historia según ellos.
Es un hecho: no tomar decisiones propias hará que el país se vaya rezagando en cuanto a competitividad y desarrollo. Pensar en pequeño no precisamente es lo mejor, y tal parece que lo que viene por ahí va la ruta.
Financieramente, quizá sea complicado seguir invirtiendo en un aeropuerto, pero ahí están los empresarios que se vuelven locos por tener la oportunidad de tener ese gran negocio.
Por lo pronto seguiremos viendo las ocurrencias de campaña llevadas a la gobernabilidad.
Aserrin
Insisto, mientras las policías o fiscalías sigan presentando ladrones con los ojos cubiertos y solo su primer nombre, les puedo asegurar que todo mundo duda de sus resultados, tal es el caso de los asaltantes de Liverpool y de la casa de arzobispo emérito.
Ahora sí que podrán decir misa, pero no creo que sirva de mucho.
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