Las personas que disfrutan ver los deportes, en especial el futbol americano en el Super Bowl, saben que no puede faltar en la mesa un gran tazón con alitas de pollo cubiertas, ya sea en salsa búfalo, barbecue o cualquier otra que les da ese sabor tan adictivo. Para muchos es difícil imaginarse una noche … Continued
Las personas que disfrutan ver los deportes, en especial el futbol americano en el Super Bowl, saben que no puede faltar en la mesa un gran tazón con alitas de pollo cubiertas, ya sea en salsa búfalo, barbecue o cualquier otra que les da ese sabor tan adictivo.
Para muchos es difícil imaginarse una noche en fin de semana sin alitas al tomar unas cuantas botellas de cerveza, conviviendo con los amigos. ¿Pero acaso usted sabe la verdadera historia de este suculento manjar?
Antes de empezar la historia de las alitas de pollo, le sorprendería saber que antes estas eran consideradas una comida nada apreciada por los estadounidenses, pues esa parte del pollo era una que casi nadie quería, hasta que el propietario de Anchor Bar en Nueva York cambió esa visión.
Casi todo experimento exitoso empieza por un accidente, las alitas no eran la excepción pues los dueños del bar habían pedido pescuezos de pollo para bañarlos con una salsa de spaguetti, sin embargo el repartidor se equivocó y les llevó alitas en vez del cuello del pollo. Para no ver perdida su inversión, usaron las alitas y voilà! fue creada la tan deliciosa botana.
El “accidente” también tuvo que tener algo de ingenio, pues la dueña cortó las alitas a la mitad para darles un aspecto más plano y alargado, a estas les agregó una salsa y el típico aderezo de queso azul, en forma de ensalada. Desde ese momento, este platillo fue toda una sensación.
Sin embargo, hay una controversia en la historia de esta exitosa botana, como era de esperarse; pues John Young dice ser el creador de las verdaderas alitas. Afirma que por haber vivido en una comunidad afroamericana él está acostumbrado a comer las alas de pollo, pieza que recuperó para servirla en su restaurante con una “salsa mambo”, durante los años 60.
No importando cuál de las dos historias es la real, o a lo mejor ambas lo son, las alitas de pollo son una botana que causa sensación en Estados Unidos, México y en otros más países del mundo; además aún sigue su internacionalización llegando a Qatar y Arabia Saudi.
Con información de Excélsior
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