Lo sucedido en el Colegio Enrique Rébsamen al sur de la Ciudad de México, se debe de considerar el más grande ejemplo de “lo que no se debe hacer” en materia de comunicación. Me refiero a informar sin confirmar, y sobre todo en un momento tan crítico y en donde nuestros sentidos no están conscientes. … Continued
Lo sucedido en el Colegio Enrique Rébsamen al sur de la Ciudad de México, se debe de considerar el más grande ejemplo de “lo que no se debe hacer” en materia de comunicación.
Me refiero a informar sin confirmar, y sobre todo en un momento tan crítico y en donde nuestros sentidos no están conscientes. Pasamos por momentos emotivos y es por lo que nos gana el sentimiento. De ahí que aceptamos todo, aunque no exista, como fue el caso de Frida Sofía.
En efecto la emotividad nos ganó y dejamos ir la conciencia, comenzando por el mismísimo rescatista, siguiendo con el oficial de la Marina que a su vez le daba una y otra “exclusiva” a la reportera de Televisa, quien estaba además de cansada, obsesionada por tener la información más relevante.
Creo que todos nos equivocamos, incluso los televidentes, pues no se puede entender cuando reiteradamente nos decían que se prefería guardar el anonimato de los de Frida Sofía hasta que la pequeña fuera rescatada, y lo peor es que todos lo creíamos.
Nos dijeron que Frida Sofía recibió agua y recibió oxígeno, también nos hablaron de una maestra que explicaba donde podían estar los pequeños, ¡claro! nunca la vimos, pero lo creímos.
Lo extraordinario fue ver esa manita de Frida Sofía avisando “aquí estoy” y otra, Frida menciono que junto a ella existían dos cuerpos más, esos famosos radares que nos presumieron tanto, los que veían y sentían todo, los que reportaban, lo dieron como un hecho, los que registraron más cuerpos de pequeños en esos escombros y lo creímos.
Y todo lo que decían que sucedía simplemente no existía, nunca existió, era parte de la imaginación, todo era lo que queríamos ver o escuchar.
No se puede culpar al rescatista, ni al oficial de la Marina, o a la misma reportera de Televisa, quizá ni a nosotros por creer todo, pero de algo estamos seguros, informar sin confirmar en los momentos de crisis es algo que no se debe repetir.
La emotividad, el sentimiento, la tristeza y las ganas tener héroes o historias de éxito nos engañan o nos engañamos, por lo mismo, esa figura de Frida Sofía que cada quien la visualizamos de una forma sí existió, pero como el ejemplo más relevante para no caer de nuevo en ese momento dónde la emotividad le gana a la razón.
De ida
Y quienes seguramente están muy inquietos son los partidos políticos, la tragedia, me refiero a los terremotos, hicieron uno de los movimientos sociales más extraordinarios que se tenga memoria, al grado que la presión hizo que los partidos rechacen sus ingresos ya aprobados.
Por lo pronto la tragedia manda y eso significa que ni el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México ni ningún delegado debe renunciar a su cargo para buscar otro, pues estarían abandonando a sus gobernados y eso se puede tomar como una irresponsabilidad que puede convertirse en la derrota inminente de un político. Sería algo así como hacerse un harakiri.
Por la tanto que nadie se mueva pues apenas viene lo interesante, México, así como cambió en 1985, ahora deberá cambiar más, mucho más.
De vuelta
Por cierto, excelente la respuesta de los sonorenses para ayudar a las víctimas del sur del país. Se ven centros de acopio por muchos lados y se ve la intensidad de esta ayuda en la Cruz Roja de Hermosillo a donde llegan lujosos carros con las cajuelas llenas de víveres, así como gente humilde que se baja del camión con una bolsa de frijol en sus manos. Algo indescriptible pues sin condición social la ayuda se ha desbordado y ojalá así siga, pues las necesidades de los afectados en Chiapas y Oaxaca se han olvidado ante la presencia del segundo terremoto del mes en la Ciudad de México.
Valdría la pena canalizar de forma muy precisa esa ayuda a ciertos pueblos o comunidades donde poco se sabe de ellos, pero están en grandes problemas.
Aserrín
Lo que es un hecho, es que estos sucesos, vendrán a cambiar los planes de muchos estados y municipios, pues dinero no hay y lo poco se irá a esos puntos donde se debe reconstruir. Así que aguas con el 2018, puede convertirse en el año más crítico de las últimas décadas.
Víctor Manuel Mendoza Lambert director Grupo Entre Todos.
Twitter: @VictorMendozaL
Minuto a minuto
