Me estoy quedando sin memoria, según el celular. Florestán La revelación del Washington Post sobre la conversación entre los presidentes Enrique Peña Nieto y Donald Trump muestra muchas cosas y confirma otras. Primero hay que ubicarla en su circunstancia: la noche anterior, miércoles 26 de enero, el Presidente había cancelado su visita a la Casa … Continued
Me estoy quedando sin memoria, según el celular.
Florestán
La revelación del Washington Post sobre la conversación entre los presidentes Enrique Peña Nieto y Donald Trump muestra muchas cosas y confirma otras.
Primero hay que ubicarla en su circunstancia: la noche anterior, miércoles 26 de enero, el Presidente había cancelado su visita a la Casa Blanca, confirmada para el martes siguiente, por el reiterado discurso de Trump sobre la construcción del muro que México iba a pagar, lo que ya había rechazado el mismo Peña Nieto la tarde del miércoles 31 de agosto, tras un encuentro en Los Pinos, protocolariamente desafortunado.
Pero tras la toma de posesión del empresario, el viernes 20 de enero, ya como presidente de Estados Unidos, el discurso del muro tomó otra dimensión y su advertencia de que México lo pagaría era ya una decisión del Ejecutivo.
En estas condiciones, pues, Peña Nieto canceló la visita y a la mañana siguiente tuvo la conversación telefónica en que, entonces algunos medios mexicanos, con base en versiones, llegaron a publicar, Peña Nieto había cedido en todo ante las amenazas y no lo supo enfrentar, lo que al leer la transcripción completa queda desmentido, y deja ver que una cosa es la filtración y otra la transcripción completa.
Otra de las revelaciones es que en el Despacho Oval, de donde marcaron a Los Pinos, había un estenógrafo que tomó nota palabra por palabra, puntos y comas de la conversación, no sé si la oficina del presidente Peña Nieto lo haya hecho también. Y lo más grave para Trump es que alguien muy importante de la Casa Blanca la entregó al Post, que la publicó ayer, seis meses después.
Del texto se confirman varias cosas: el tono de Trump, que mantiene sus obsesiones, como la del muro, el combate a los narcotraficantes en México, no a lo de allá, y el déficit comercial cero.
Además, la confianza absoluta que le tiene a su influyente yerno, Jared Kushner, y el reconocimiento a Luis Videgaray.
Y en el punto central, que sí se puede llegar a acuerdos con la administración Trump en materia de comercio y seguridad, quedando pendiente el tema central de la migración.
Habrá que conocer el precio y si es pagable.
Retales
1. Socavón. En la investigación del socavón del Paso Express de Cuernavaca se revisa en qué condiciones se dio el contrato al consorcio constructor Aldesa-Epccor desde la dirección de Carreteras Federales, entonces a cargo de Óscar Calleja, que antes fue director de Desarrollo Carretero y le sabe a esto. Están en eso;
2. ¿Ajeno? El aún delegado de Tláhuac, Rigoberto Salgado, dice que comunicó la inseguridad al gobierno central varias veces. Y no fueron varias veces, fueron varios oficios, 52 en un solo día, el 30 de mayo, y en ninguno aparece, siquiera, la palabra narcomenudeo; y
3. Clarito. Enrique Ochoa Reza me confirmó ayer que la decisión del presidente Peña Nieto, como jefe del PRI, será central en la elección de su candidato presidencial.
Nos vemos el martes, pero en privado
[email protected]
Twitter: @lopezdoriga
Web: lopezdoriga.com
Minuto a minuto
