Los candidatos opositores tienen un halo protector que no tienen los que son representantes del partido en el poder o del sistema. Hillary Clinton es, por mucho, un mejor prospecto para ser presidente de Estados Unidos; pero Donald Trump es el opositor y con ello tiene la mitad de la carrera ganada. El millonario convertido … Continued
Los candidatos opositores tienen un halo protector que no tienen los que son representantes del partido en el poder o del sistema.
Hillary Clinton es, por mucho, un mejor prospecto para ser presidente de Estados Unidos; pero Donald Trump es el opositor y con ello tiene la mitad de la carrera ganada.
El millonario convertido en candidato presidencial dijo una vez esto: “¿Alguna vez han visto algo así? Podría pararme a la mitad de la Quinta Avenida disparar a la gente y no perdería votantes”.
Tristemente está en lo correcto. Trump es una persona aberrante y ahí está, adelante otra vez en algunas encuestas a menos de una semana de las elecciones presidenciales.
Los temores sobre el futuro que le depara a Estados Unidos y al mundo —una Presidencia de Donald Trump— están alimentados por las propias declaraciones del republicano. No hay más que poner en metálico toda la verborrea de campaña para ver que hay serios riesgos globales.
Si el próximo martes Trump gana las elecciones, todo tendrá que girar en torno a ese hecho. Todos los problemas económicos y financieros tendrán que ser recalibrados en función de esa victoria. Si por el contrario, la ganadora es Hillary Clinton, los peores temores podrán disiparse, pero no todos.
De entrada, lo revelado por el FBI el viernes respecto a las investigaciones de los correos de la ex secretaria de Estado ha tenido efecto inmediato en la carrera presidencial. Aun ganando la elección, la investigación continúa y de ser hallada culpable de mentir podría implicar un juicio a la presidenta, electa o en funciones, de los Estados Unidos.
Hillary Clinton podría llegar débil a la Casa Blanca y si gana sin conseguir una mayoría en el Congreso, seguramente los republicanos harán todo lo posible por sacarla en tan sólo cuatro años del Salón Oval; en lo que ellos hacen el conteo de daños de haber tenido a Trump como candidato y ponen todos los candados necesarios para evitar que algo así les vuelva a ocurrir.
No hay pues un escenario halagüeño para los meses por venir. Y es ahí donde la situación de cada uno de los países del mundo tendrá una afectación en función de su cercanía con Estados Unidos y con su fortaleza interna.
Es ahí donde México tiene una desventaja notable, tanto en la dependencia como en la debilidad financiera de esta economía.
Si se hiciera una lista de las naciones más vulnerables por la situación política actual de Estados Unidos, México estaría en los primeros lugares.
Con una Presidencia de Trump, no hay duda, México sería el asesinado de la Quinta Avenida, pero incluso con Hillary en el poder este país tendría que enfrentar una política comercial interna de Estados Unidos más restrictiva.
Además de la larga lista de temas locales que ahí están latentes y que son independientes a la elección estadounidense, porque no podremos echarle la culpa a la elección gringa de los desequilibrios presupuestales que se han generado en este país por decisiones internas.
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