La ceremonia se lleva a cabo con la ausencia de la presidenta saliente Cristina Fernández de Kirchnner
Este jueves, Mauricio Macri tomó protesta como presidente de Argentina ante la Asamblea Legislativa en una ceremonia atípica por la ausencia de la mandataria saliente Cristina Fernández, con quien mantuvo un enfrentamiento sobre cómo debía realizarse el traspaso de poder.
“Yo Mauricio Macri juro por Dios y estos santos evangelios desempeñar con lealtad y honestidad el cargo de presidente de la nación y observar y hacer observar con fidelidad la constitución de la Nación Argentina. Si yo no lo hiciere que Dios y la patria me lo demanden”.
Durante su primer discursos como presidente, dijo que sus principales objetivos serán “la pobreza cero, derrotar al narcotráfico y unir a todos los argentinos”.
Macri, partió desde su residencia en dirección al Congreso argentino, donde prestó juramento como nuevo presidente del país. Salió acompañado por su esposa, Juliana Awada, y su hija Antonia, de 4 años.
Durante el trayecto saludó a los cientos de simpatizantes que se congregaron en los alrededores del Congreso.
Asistieron a la toma de protesta de Mauricio Macri los mandatarios de otros países. Michelle Bachelet, presidenta de Chile; de Brasil, Dilma Rousseff; de Ecuador, Rafael Correa; de Colombia, Juan Manuel Santos; y de Bolivia, Evo Morales.
También en representación de España, asistió el rey emérito Juan Carlos I, el presidente de Perú, Ollanta Humala; de Paraguay Horacio Cartés; de Uruguay, Tabaré Vázquez y de Serbia, Tomislav Nikolic.
Ganador de la segunda vuelta electoral del 22 de noviembre, Macri pondrá fin a 12 años ininterrumpidos de kirchnerismo, el movimiento de centroizquierda creado en el seno del peronismo por Fernández (2007-2015) y su difunto marido y antecesor Néstor Kirchner (2003-2007). El periodo se caracterizó por un ejercicio del poder personalista, una fuerte intervención estatal en la economía y la implementación de amplios programas sociales.
Macri llega a la presidencia de Argentina con varios desafíos por delante: una inflación de al menos 27 por ciento anual según economistas privados, restricciones a la compra de dólares, retraso cambiario, estancamiento del crecimiento, un déficit fiscal superior al 7 por ciento del producto interno bruto y el litigio en Nueva York con los llamados “fondos buitres”, inversionistas estadounidenses que han demandado al país por títulos impagos de su deuda.
Con información de AP.
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