La construcción de sistemas más eficaces y no contaminantes en América Latina, generan optimismo para el gran desafío
El sector del transporte es la industria donde más rápido crecen las emisiones de gases contaminantes y que además contribuyen al efecto invernadero. Las previsiones hechas apuntan que en breve será el sector que más contribuya a la alteración de los sistemas climáticos en nuestro planeta.
La responsabilidad de la situación, que además coloca problemas de movilidad y calidad de vida, principalmente en urbes, coloca a los gobiernos a emplear mejores estrategias en políticas públicas.
Ello ha colocado a los diversos gobiernos de América Latina a recurrir a estrategias renovadoras que sitúen el transporte público como una alternativa real que ayude no solo a mejorar la forma en que se mueven las personas en las diferentes ciudades, sino también como una solución que ayude a disminuir los contaminantes que el sector automotriz emite. Así, trenes con WI-FI, transportes no contaminantes y autogeneradores de energía se colocan como los principales atractivos que emplean México, Brasil y Perú.
Además, resulta difícil en la región mover a los automovilistas a dejar su unidad particular por diversas razones: el mal estado del transporte público, la contaminación, la poca fiabilidad y seguridad, así como el servicio poco conectado. Sin embargo, diversas estrategias están haciendo que cada vez más los usuarios se “instalan en la ola” de una nueva generación de transporte público “limpio”, un sector que se expande con gran ritmo por Latinoamérica.
Río de Janeiro, Brasil
Expertos señalan que la mejora del transporte es una cuestión que trasciende el tema ambiental, sino también afecta la salud de la población y la economía de las ciudades. Por ejemplo, gracias a la crisis que vive Brasil desde hace un año, por ejemplo, el uso de los trenes que conectan a Río de Janeiro y sus cercanías se incrementó en 11 por ciento, proporcionando un número récord de pasajeros: 700 mil por día, de acuerdo con Supervía, la empresa que opera la concesión.
Ello ha provocado que el sistema haya adquirido 120 nuevos trenes de tecnología de punta: climatizados, con un tercio de la electricidad empleada a comparación de los viejos vehículos y también generan energía al frenar, retroalimentando a la red.
Adquirir los trenes fue posible a través de un programa que involucra el Banco Mundial, Supervía y el gobierno del estado de Río de Janeiro.
“El transporte es el sector que más consume combustibles fósiles y en el que las emisiones de CO2 crecen más rápido en el mundo. Por lo tanto, es esencial invertir en el transporte público para cuidar del clima y garantizar la movilidad del público “, dice el experto en transporte Daniel Pulido, del Banco Mundial. Estos trenes se utilizarán durante los Juegos Olímpicos de 2016.
Pulido también señala que, además de ser más amigables con el medio ambiente, los trenes de Río se volvieron más fiables: en 1998, alcanzaban sólo el 30 por ciento de las metas de puntualidad. Hoy en día, la tasa llega al 90 por ciento. El sistema cubre el 75 por ciento de la región metropolitana de Río de Janeiro donde viven aproximadamente 12 millones de personas.
Lima, Perú
La capital del país inca también ha tenido grandes avances en temas de transporte y reducción de emisiones contaminantes.
La pasada COP20 en dicha ciudad instó a que se plantearan políticas de movilidad que permitan además hacer frente a los retos que tiene el país en temas de cambio climático. Por esa razón, se impulsó la construcción de la línea 2 del metro, que se extenderá del este de la capital a la ciudad de Callao en el oeste. Y el plan es construir seis líneas de metro para soportar el tráfico que provoca el desplazamiento de 9 millones de habitantes.
Además, el impulso al sistema de transporte público en Lima ha sido la construcción del primer corredor de autobuses de tránsito rápido, como en Bogotá, Colombia; Curitiba, Brasil; y la Ciudad de México, con el Metrobús. Además se han podido sacar de circulación 790 autobuses viejos y siendo reemplazados por unos más amigables con el medio ambiente, contribuyendo con 26 mil 500 toneladas menos de emisiones de gases causantes de efecto invernadero.
Las aportaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés), han ayudado a que Lima revitalice su transporte, donde además se rehabilitaron 33.2 kilómetros de vialidades y construido 19.4 kilómetros de ciclovías entre 2004 y 2010.
Monterrey, México
El Ecovía es otro de los casos de éxito en las ciudades que cada vez aumentan la demanda de transporte y movilidad en las ciudades. Monterrey es una de las ciudades más contaminadas de México, pero las inversiones en la construcción de corredores de autobuses de bajas emisiones, que se han extendido a lo largo de 30 kilómetros, parecen dar un respiro.
Durante los casi dos años que llevan corriendo estos autobuses, el estimado de contaminantes no emitidos a la atmósfera ha sido de casi 17 mil toneladas de CO2 por año, que ha significado sacar cinco mil 700 coches de las calles.
Además, los vehículos del Ecovía no funciona con diésel, como la gran mayoría de los vehículos de transporte público, sino con gas comprimido, que es menos contaminante y no deja olores desagradables ni agentes nocivos.
Además, este sistema, que transporta a cerca de 80 mil pasajeros que circulan a diario en 80 autobuses, cuenta con servicios como climatización, internet inalámbrico gratuito e infraestructura con fácil acceso a las personas con problemas de movilidad, por ejemplo.
Los cálculos del gobierno de Nuevo León calculan que gracias al Ecovía hasta un 10 por ciento de usuarios podrían dejar su auto particular.
Quizá estas medidas puedan no significar mucho para el reto global del cambio climático, pero estas experiencias de éxito en megaciudades podrían sentar optimismo en la región donde el 80 por ciento de la población vive en ciudades. El porcentaje se elevará al 90 por ciento en 2050.
Con información de El País
Minuto a minuto
