Concluyendo, aun cuando lo logrado este primer año ha sido bueno, falta mucho, muchísimo por hacer en materia de seguridad
LIC. OMAR GARCÍA HARFUCH,
SECRETARIO DE SEGURIDAD Y
PROTECCIÓN CIUDADANA:
Debió usted sentirse muy contento con todos los aplausos que recibió durante su comparecencia en el Senado. Las cifras son impresionantes, como los 35 mil detenidos, los mil 500 laboratorios desmantelados y las 248 toneladas de droga incautada. Pero, para serle sincero, me dejan un sabor agridulce, don Omar.
Todas las cifras son récord, claro en comparación con la pasada administración. Por poner un ejemplo: durante el período lopezobradorista se incautaron 56 millones de litros de combustible a lo largo de seis años, mientras que en un año de gestión claudista ya llevan 98 millones de litros. Lo anterior indica un acertado cambio de voluntad política y en la estrategia de inseguridad, pero no deja de dar coraje lo poco que se hizo en el primer piso de la 4T para combatir al crimen organizado y la delincuencia común.
Hay otros indicadores de la negligencia lopezobradorista y la nueva disposición actual. El periódico Reforma reportó ayer que los grupos de la delincuencia organizada que operan en Michoacán -Los Viagras, Los Blancos de Troya y la Familia Michoacana- fueron ubicados por los servicios de inteligencia militar desde hace tres años y nada se hizo para detenerlos. Tal displicencia es criminal en la medida en que por lo menos 10 productores han sido asesinados en la zona de Tierra Caliente por negarse a pagar el derecho de piso.
En un triste e interesante reportaje de El Universal se recogen testimonios de ciudadanos afectados por el cobro de derecho de piso; lo mismo son de Michoacán, que de Veracruz, Zacatecas y Nayarit por solo mencionar algunas entidades. El tamaño del negocio tampoco importa, lo mismo son medianos productores que dueños de pequeñas tiendas de abarrotes.
Los delincuentes tienen un plan bien elaborado; primero intimidan a las víctimas mediante llamadas y envío de fotos de sus autos, domicilios y, lo peor, de sus familias. En el caso de los productores, cobran sobre el volumen de lo cosechado y lo comercializado; en paralelo, van subiendo la cuota hasta que se hace impagable y entonces invaden los predios o se apropian del negocio. Los delincuentes no tienen límite, pues hasta secuestraron a una mujer que vendía estampas religiosas a las afueras de una iglesia.
Más allá de la extorsión, la inseguridad se palpa en otros órdenes de la vida diaria, tal como nos lo muestra la última Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI (ENSU, tercer trimestre 2025). Mire nada más, don Omar: 63% de los mexicanos se sienten inseguros en el lugar donde viven, cifra que no representa mayor cambio en lo que va del año pese a los éxitos que usted presentó en el Senado.
El top 5 de las ciudades inseguras son Culiacán (85.3%), Irapuato (88.2%), Chilpancingo (86.3%), Ecatepec (84.4%) y Cuernavaca (84.2%). Por cierto, algo muy bueno deben estar haciendo en San Pedro, Nuevo León, porque es de las localidades más seguras.
Hay ciudades que, aun cuando no están en los primeros sitios, sí sufren el empeoramiento de la inseguridad, como es el caso de Veracruz, la cual pasó de 34% a 70% en un solo trimestre; eso merece una plática urgente con la (des)gobernadora Rocío Nahle. En la misma situación se encuentran Tepic, Chetumal, Campeche, Durango y Los Mochis.
Los robos, extorsiones, secuestros, etc. son el quinto problema más importante que identifica la población de entre todos los problemas que les aquejan, con 54%, tres puntos menos que en el trimestre anterior. Cabe aclarar que la mayoría de las conductas delictivas que la población identifica tienen que ver con delitos del orden común, como son robos, vandalismo, etc. Razón de más para mejorar el desempeño de las policías estatales y municipales, las cuales tienen 52.7% y 46.4% de aprobación, respectivamente, muy lejos de la opinión positiva que generan las fuerzas federales.
Lo que es para irse de espaldas, es la efectividad que los ciudadanos atribuyen a las autoridades para combatir la inseguridad; solo 30% le conceden mucho/algo de efectividad. Más todavía: de las 91 ciudades estudiadas, 53 están por debajo de la esmirriada media.
Las expectativas son sombrías, licenciado Harfuch, pues 34% estima que la seguridad seguirá igual de mal y 24% cree que empeorará. Tal parece que coinciden con la perspectiva del presidente Donald Trump, quien ayer declaró que “México está gobernado por los cárteles. Tengo un gran respeto por la Presidenta, una mujer que considero una mujer extraordinaria. Es una mujer muy valiente, pero México está gobernado por los cárteles”.
Concluyendo, aun cuando lo logrado este primer año ha sido bueno, falta mucho, muchísimo por hacer en materia de seguridad.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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