En Morena tienen que asumir la atención personalizada de la cual gozan en el Departamento de Estado
El subsecretario de Estado, Christopher Landau, tiene el ojo puesto encima de los come gringos de Morena: en julio, acabó con la carrera política de una protegida de Andrés Manuel López Beltrán y, en septiembre, de un protegido de Ricardo Monreal.
Primero, la consejera de Morena Melissa Cornejo, por postear “métanse mi visa por el culo”. Ahora, Salvador Ramírez, vocero de Morena en Cámara de Diputados por decir en Milenio TV que, al matar a Charlie Kirk, le dieron “una taza de su propio chocolate”.
La larga mano de Landau, segundo de Marco Rubio y exembajador en México, aplastó a Cornejo y a Ramírez, no sin que antes sus jefes los obligaran a disculparse: en el caso de él, con la misma postura que se adopta para escalar, que para arrastrarse.
Perfiles clásicos de autodesprecio: creerse impunes para expresar estupideces y querer halagar a sus jefes, pero en realidad creerse invisibles, pues nunca creyeron valer tanto la pena, como para que los tuviera en cuenta el mismísimo Christopher Landau.
Pero el Departamento de Estado de Estados Unidos tiene hoy tres características que son veneno puro para Morena:
–Su secretario, Marco Rubio, se la tiene jurada a Morena, como sostén económico de la dictadura en Cuba y por ser aliado ideológico de los regímenes anti EU. En Morena no entienden eso, porque les deben tanto a esos regímenes, que no puede abandonarlos.
–Su secretario, Marco Rubio, es un veterano senador en EU, donde un senador atiende a cada elector, por teléfono, correo electrónico y en su casa. En Morena no entienden esa atención personalizada, porque en Morena regalan los cargos elección popular.
–Su subsecretario, Christopher Landau, fue embajador en México: debe de tener interés especial en la política mexicana. Su gestión como embajador (2019-21) coincidió con el arranque de Morena en el poder: debe de conocer particularmente a Morena.
En Morena tienen que asumir la atención personalizada de la cual gozan en el Departamento de Estado, según los ejemplos de los defenestrados Melissa Cornejo (por un tuit perdido) y Salvador Ramírez (por un programa sin rating de Milenio TV).
Y, sí, para el grupo político más procastrista de la historia en México debe de ser molesto (como un grano en la nariz) doblarse ante el más anticastrista secretario de Estado de Estados Unidos: que deban pensarlo hasta para postear y hablar en público.
Porque, en el mejor de los casos, el resultado está en la respuesta de Landau al aviso de Melissa Cornejo de que se metieran su visa por el culo:
“Yo ahí no puedo meter tu visa, pero sí te puedo informar que personalmente di orden de cancelarla después de ver este vulgar posteo”.
Así.