Parece que la Reforma Electoral propuesta por gobierno no tiene los asideros necesarios en la opinión pública
LIC. PABLO GÓMEZ
PRESIDENTE,
COMISIÓN PRESIDENCIAL
PARA LA REFORMA ELECTORAL:
Con el escándalo de los marinos involucrados en el huachicol fiscal, casi nos pasa de noche la información vertida sobre los trabajos de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral.
Según informó usted a los medios, el próximo 17 de septiembre empezarán las audiencias públicas para que los ciudadanos interesados en la materia puedan participar; serán tres sesiones semanales, en las cuales los asistentes podrán hablar durante cinco minutos y no habrá debate. Con toda franqueza, no encuentro la racionalidad ni la lógica dicho formato, pero vayamos por partes.
Tal vez yo no he sabido buscar, pero no veo que se haya difundido una convocatoria a la población; de hecho, en la página oficial de la Comisión no aparece ninguna. ¿Hay algún spot?, porque tampoco encontré alguno que invitara a la ciudadanía y apenas queda una semana para empezar las audiencias. Como que una propuesta que valga la pena no se prepara de un día para otro, don Pablo.
En cuanto las audiencias, según sus cálculos en cada una podrán participar hasta 20 ponentes. Si solo hablarán cinco minutos, eso nos da 100 minutos efectivos de exposiciones, o sea, una hora con 40 minutos. Si agregamos unos minutos entre ponente y ponente, podemos llegar a 200 minutos por sesión, lo cual apenas son tres horas con 20 minutos. Caray, don Pablo, ¿por qué sesionarán tan poco tiempo? ¿No le interesa lo que puedan llegar a proponer los ciudadanos participantes?
El tercer aspecto que sobresale es que no hay fechas para discutir cada uno de los 10 temas establecidos por la Comisión, como son Las Libertades Políticas y Efectividad del Sufragio. Si no se establecen, pues la ponencia de cada participante será como un disparo al aire sin que se logre la suma de ideas afines o concatenadas. Mire, don Pablo, hasta desde el punto de vista práctico cabe preguntarse: si las audiencias se desarrollan de manera desmadejada, ¿cómo hará la Comisión para preparar la relatoría y las conclusiones?
Con toda franqueza, licenciado Gómez, este formato tan abierto parece más un esfuerzo para desencantar a los ciudadanos interesados; como que los está invitando a la fiesta, rogando a Dios que no lleguen. Por cierto, no nos ha dicho quién o cómo se van a procesar las propuestas ciudadanas; esa es una gran laguna de la Comisión.
Espero que los debates entre especialistas y partidos políticos estén mejor organizados, pero me temo que no es así. Tampoco hay convocatoria, ni fechas específicas, como si prepararse para un debate fuera enchílame la otra; desde luego, no se ha definido el formato, ni cómo se van a procesar los puntos de concordancia y de discrepancia para efectos de la redacción final.
Ahora pasemos, si me lo permite, a otro tema relacionado con la Reforma Electoral (RE). Una interesante encuesta publicada por El Financiero da cuenta de que los intereses ciudadanos no coinciden del todo con los supuestos sobre los cuales la 4T está lanzando la Reforma. Empecemos porque los ciudadanos prefieren, y por mucho, que la próxima RE garantice que “las elecciones sean libres y equitativas” (57%), frente al objetivo de “reducir los costos” (39%).
Como recordarán los lectores que nos acompañan, la reducción de los gastos de operación del INE y de las prerrogativas políticas a los partidos han estado entre las prioridades gubernamentales. Respecto del primer punto nada más le cuento que la emisión de la credencial para votar absorbe el 20% del presupuesto del INE porque lleva 17 normas de seguridad para impedir su falsificación; toda proporción guardada, algo similar ocurre con las boletas para votar. Curioso que los legisladores han recortado sin ninguna base técnica el presupuesto del Instituto, siendo que fue el Congreso el que ha impuesto tales normas y ahora se queja de que el INE es muy caro.
Respecto del segundo punto, el financiamiento a los partidos, cabe la hipótesis de que, si las prerrogativas redundaran en un acercamiento y un servicio de los partidos hacia los electores, no habría queja; es decir, el problema no estaría en el monto de las prerrogativas, sino que los partidos hacen muy poco por la población. Lo cierto es que la ciudadanía tiene una pobre percepción de los partidos políticos, don Pablo, y se declaró muy/algo insatisfecha con su democracia interna (56%). Así que cuando aborden el tema de Sistema de Partidos, más vale que se pongan autocríticos.
La permanencia de los diputados plurinominales es otra de las inquietudes gubernamentales. Coincido con la autoridad en que su carácter se ha desvirtuado al servir de mecanismo de colocación de las dirigencias partidistas, pero resulta indispensable su existencia como representación de las minorías. Al respecto, le cuento que la encuesta demuestra que 43% de los ciudadanos prefieren la combinación de los diputados de mayoría y plurinominales, aunque 54% preferiría que hubiera menos partidos.
En síntesis, parece que la Reforma Electoral propuesta por gobierno no tiene los asideros necesarios en la opinión pública.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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