Los de ahora son más listos: compran en Texas, con la complicidad de los gringos, millones de litros de combustible para importarlos a México. Y venderlo en las gasolineras que compren y que ya están en el negocio
El 18 de julio de 1990, el veracruzano Mauricio de Jesús Scheleske Sánchez, marino de prosapia, le renunció al presidente Carlos Salinas de Gortari al puesto de secretario de Marina. El comunicado oficial fue que se retiraba por “motivos familiares”.
Fue el primer miembro del gabinete en salir así en la historia.Estuvo en el cargo un año y medio y murió en 2016.Se dice, se rumora y se especula, que el almirante andaba en negocios chuecos, algo de aduanas.
A mí, no me consta. De lo que sí tengo constancia en mi larga vida es que en este país, salvo casos especiales, nadie renuncia a un puesto de mando. Te corren, punto. Pero te dan la oportunidad de que renuncies por motivos de salud, personales, familiares o los que les dé la gana.
El magno escándalo desatado el fin de semana al dar a conocer la inexplicablemente enorme red de crimen organizado alrededor del tráfico de combustibles que ha venido operando desde por lo menos hace tres años. El llamado huachicol fiscal, que según Lopitos no existió nunca, ni arriba ni abajo.
Vámonos entendiendo: los huachicoleros de abajo son los que localizan un oleoducto, lo pinchan, sacan combustible y se ponen a venderlo en bidones al lado de la carretera; generalmente les truena el cuete en la mano y mueren quemados, como ya pasó en el estado de Hidalgo; los de enmedio, pinchan más líneas, cargan diesel -preferentemente, cuesta más- o gasolina, y la suben a carros pipas que ya compraron desde que la crisis llevó a Ebrard a comprar ipso facto -eso quiere decir en dos días- centenares de carros pipas que nadie puede decirnos hoy en dónde están. Los hucachicoleros venden a los concesionarios de las gasolineras de bandera tricolor donde compramos todos.
Los de ahora son más listos: compran en Texas, con la complicidad de los gringos, millones de litros de combustible para importarlos a México. Y venderlo en las gasolineras que compren y que ya están en el negocio.
La factura que extiende el tejano dice que vendió equis cantidad de litros de aditivos lubricantes para llevarse al puerto de Tampico, México, o cualquier otro. Ese producto tiene un trato fiscal en México, muy diferente del de la gasolina y no está sujeto al IEPES, impuesto especial sobre producción y servicios.
Los barcos petroleros -el último traía bandera de Singapur- llegan a los puertos de Tamaulipas, pasan aduana sin problema, descargan a cientos de carros pipa que esperan en los patios de la duana e inician la distribución.
Y nadie se da cuenta.
Ahora, el señor García Harfuch nos dice que sí se daban cuenta, desde que el anterior secretario de Marina comunicó sus sospechas a su jefe Lopitos. Me adelanto, porque ya ustedes todos lo saben, que entre los culpables de este enorme robo hay dos cercanos, muy cercanos, al almirante secretario de entonces. Entre otros, comandantes de aduanas en varios sitios.
El asunto tiene aristas varias.
La primera es la frase tantas veces repetida por Lopitos cuando era presidente de la República: el presidente de México lo sabe todo. Si se hace una gran transa en el país, tiene el visto bueno del Presidente.
La señora presidente Sheinbaum repite el slogan favorito de todos los presidentes: llegaremos hasta las últimas cosecuencias.
Todos sabemos cuáles son las últimas consecuencias.
Falta ver si lo dicho por doña Claudia no es más que otra versión del “caiga quien caigare”. Por lo pronto ya cayó, por la vía siempre dudosa del suicidio, uno de los marinos implicados.
Que no se nos olvide, en la contabilidad de los culpables, en la que unos eran de aduanas y otros de la Marina, que el presidente Lopitos decidió, por sus huevos, que las aduanas y los puertos, pasaran a control de la secretaría de la Marina. Todos juntos, y ahí siguen.
No es fácil tarea la de la primera claudista del país.
Le invito a que nos cumpla.
PILÓN: PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas):
Desde luego que es una estratagema política la del presidente de España, Pedro Sánchez, condenado ayer la agresión de Israel contra el pueblo palestino y prohibiendo el tránsito de navios o personas que lleven armas o intenciones de apoyar la muerte de los gazatíes.
Lo cierto es que tiene gran apoyo en España y Europa.
Por cierto, el primer mandatario extranjero que en 1918 se presentó a felicitar a su “socialista” correligionario Lopez Obrador, fue Pedro Sánchez.
No se dijo, pero entonces Sánchez se fue con las cajas destempladas de la señora Gutiérrez Müller pidiendo que España se disculpara con México.
Por aquello de que Cortés y sus tropas hacían sacrificios humanos, les sacaban el corazón a las víctimas y comían su carne.