El costo de contener al narco después de varios años de abrazos será alto. Pero no hay otro camino más que enfrentarlo
LIC. ROSA ICELA RODRÍGUEZ,
SECRETARIA DE GOBERNACIÓN:
El día que yo no exista,
no va a mermar el tráfico de drogas.
Joaquín “El Chapo” Guzmán
Ayer no fue un buen día para los maleantes. Con la novedad que 26 figuras del crimen organizado fueron enviadas a distintas cárceles de EUA, para beneplácito del gobierno de ese país, pues “(…) han contribuido a traer violencia y drogas a Estados Unidos; bajo la supervisión de este Departamento de Justicia, enfrentarán graves consecuencias por sus crímenes”, declaró la Fiscal General Pam Bondi.
Los 26 son un ramillete de delincuentes de los cárteles mexicanos, quienes destacan no solo por el tráfico de drogas y el cobro de derecho de piso, sino también por otras “funciones” que dejan ver la estructura de los cárteles como un corporativo empresarial.
Si de entrenamiento se trataba, correspondería a Gonzalo Mendoza Gaytán, llevar a cabo las tareas en lugares como el rancho Izaguirre, bajo el control del Cártel Jalisco Nueva Generación. En el grupo también está de Ricardo Ruiz de Velasco, quien manejaba las comunicaciones dentro del CJNG. Y en otra unidad de negocio, el huachicol, se desempeñaban los hermanos César, Álvaro Noé y Remigio Morfín. Estos tres últimos individuos podrían ser de particular interés para EUA ahora que ha quedado claro que el huachicol es un “negocio” binacional y la fuente principal de financiamiento para los cárteles.
De interés para el país vecino será la llegada de Abigael González Valencia; además de ser el líder de “Los Cuinis”, era el segundo de a bordo en el Cártel Jalisco Nueva Generación y cuñado de Nemesio Oseguera, líder máximo de dicha organización delictiva. Valencia fue arrestado en 2015 y desde entonces EUA solicitó su extradición, pero una juez federal le otorgó un amparo contra la medida.
Desde entonces corría el rumor de que “Los Cuinis” habrían recibido entrenamiento del grupo guerrillero Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. En 2019, el periódico Milenio reveló que la estadía González en el Reclusorio Norte estaba plagada de lujos; ante el escándalo fue trasladado a la prisión de máxima seguridad de El Altiplano.
Lo anterior nos lleva a apreciar una de las declaraciones hechas ayer por el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, en el sentido de que estos delincuentes de alto perfil podrían obtener resoluciones judiciales que les permitirían acceder “a penales estatales, menos vigilados, incrementando el riesgo de continuar con sus operaciones delictivas o, incluso, un riesgo de fuga. (… Los delincuentes) continuaban dirigiendo actividades ilícitas mediante visitas, mismas que no pueden prohibirse por respeto a sus derechos humanos”.
Todos sabemos que las cárceles funcionan muy mal; lo que sorprende es el reconocimiento público de que el gobierno no puede controlar a los maleantes, ni siquiera en prisión. Pongámosle números:
Documenta, A.C. ha elaborado un Índice de Derechos Humanos de Personas Recluídas en las Instituciones Carcelarias. En una escala de 0 a 1, donde 1 es la peor condición, tenemos que las prisiones más deficitarias son las del Estado de México (0.67), Sonora (0.65), Puebla (0.60) y la CDMX (0.44); todas estas tienen un índice de corrupción sumamente alto. Asimismo, las cárceles de 20 estados se encuentran en números rojos en cuanto a presupuesto y personal, y 133 de las cárceles tienen sobrepoblación, más ahora que don Omar está realizando tantos arrestos. Y esto, doña Rosa Icela, recae en su Secretaría, bien sea de manera directa o para coordinación con las entidades.
Volviendo al grupo de los 26, los expertos en seguridad consideran que por lo menos siete de los delincuentes enviados a EUA tendrán mucho que platicar con las autoridades estadounidenses; es decir, soltar la sopa mediante la cual varios políticos se verían salpicados. Por un lado, se puede concluir que la presidenta Sheinbaum y su círculo cercano no tienen nada qué temer de lo que declaren los malandros, lo cual es de celebrar. Pero por el otro, habrá temblores de tierra por los lares de los tres partidos. Y eso sí que va a complicar el panorama político del país.
Otra consecuencia preocupante es la reacción que tendrán los cárteles ante el traslado de los 26. Todos ellos ya tenían condenas largas, pero no es lo mismo ser prisionero en México donde pueden comprar muchos, muchísimos privilegios que una cárcel en Estados Unidos. Una posibilidad es que los cárteles disminuyan el nivel de violencia y descaro de sus actividades ante el temor de que, si son arrestados, podrían ser deportados; este escenario sería el menos probable. Otra posibilidad es que reaccionen con virulencia ante la mano firme del gobierno y eso complicaría la vida nacional.
Como sea, el costo de contener al narco después de varios años de abrazos será alto. Pero no hay otro camino más que enfrentarlo.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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