Las bajas cifras de desarrollo aquí enunciadas echan abajo la narrativa triunfalista de la 4T. Es hora de pasar de las palabras a los hechos
DRA. CLAUDIA SHEINBAUM PARDO,
PRESIDENTA DE LA REPÚBLICA:
+Gobernanza: forma de gobernar
con eficacia y adecuada a
los fines perseguidos.
Diccionario de la Real Academia
El sábado, durante su gira por Zacatecas, usted anunció la inversión de 21 mil millones de pesos para la adquisición de tres mil equipos médicos que serán destinados a las 24 entidades que forman parte de la red IMSS-Bienestar. Es de celebrar, porque si algún sector se vio golpeado en la pasada administración fue justamente el de salud.
Haciendo un brevísimo recuento de los golpes a dicho sector podemos citar los recortes presupuestales, la desaparición del Seguro Popular sin sustituirlo por algo mejor, la fallida compra de medicamentos e insumos, la discontinuidad en la aplicación de vacunas, el pésimo manejo del COVID y la contratación de los costosísimos médicos cubanos.
Muy mala herencia que le dejaron, señora presidenta …
Se ve que usted y su equipo tratan de reencarrilar al sector. De hecho, estamos a la espera de que se cumpla su promesa de que en este mes de julio por fin se habrá acabado el desabasto de medicamentos e insumos; ya veremos qué noticias nos pueden dar no de que se compraron, sino de que ya llegaron a las unidades médicas.
Es de suponer que, si los medicamentos e insumos arriban a su destino, el IMSS podrá cumplir su meta de elevar el número de cirugías diarias. Actualmente se efectúan cuatro mil 750 y si bien se han incrementado, esta cifra está muy lejos de las seis mil 666 planteadas como meta.
También anunció usted, doña Claudia, la construcción de ocho nuevos hospitales de alta especialidad en el IMSS; aun cuando es de aplaudir la medida, México todavía está muy por debajo de lo que se requiere, pues existen 1.7 camas por cada mil habitantes, siendo que la Organización Mundial de la Salud recomienda un mínimo de 2.5 camas.
La salud, precedida por la seguridad y seguida por la educación, son los tres elementos sustantivos de los servicios públicos que un gobierno debe proveer a los habitantes. Desde luego hay muchísimos más, pero estos son la columna vertebral para que una autoridad pueda decir que está gobernando con eficacia y eficiencia. No fue el caso en los últimos años; de hecho y de acuerdo con datos del INEGI, 49.5% de los hogares mexicanos encuestados se quejan de hospitales saturados o con servicio deficiente, dentro de los principales problemas en su ciudad.
En cuanto a educación, México ocupa el lugar 57 de 88 naciones donde se aplica la prueba PISA, pues en los tres rubros medidos -Matemáticas, Ciencia y Habilidad Lectora- estamos reprobados. Por cierto, después del COVID la matrícula escolar descendió en un millón 300 mil educandos; nada se ha informado sobre los esfuerzos gubernamentales para recuperarlos.
Ya que hablamos de educación, me fui de espaldas con los datos del CONEVAL. Resulta que 9.1 millones de niños que asisten a la escuela viven en situación de pobreza extrema. El punto es que su antecesor eliminó las escuelas de tiempo completo, donde se daba un alimento suficiente a los alumnos; ojalá pueda usted echar reversa a tal medida. Por cierto, la mayor cantidad de ellos se concentra en el sureste; en vez del Tren Maya que sigue sin servir y sigue costando, mejor se hubiera invertido ese dinero en comedores comunitarios, mejoramiento de las escuelas y microempresas locales.
Volviendo a los servicios públicos que un gobierno debe otorgar a sus gobernados, México ocupa el lugar de 103 de 134 países en lo que a acceso a agua potable se refiere. Claro, si se toman en cuenta las pipas y el tandeo tal vez se suba un poco en la tabla, pero eso no es tener un acceso real; de hecho, 62% de los hogares encuestados por el INEGI se quejan de fallas y fugas en el suministro de agua.
Adentrándonos en el tema de los servicios públicos, le recomiendo echar un ojo al Índice de Efectividad Gubernamental (IEG) preparado por el Banco Mundial, el cual mide la calidad de las instituciones y la capacidad estatal de un país en cuanto las políticas públicas, la función pública y, desde luego, los servicios que brinda. Cabe señalar que el Índice no se acota a salud, educación y seguridad, va mucho más allá pues abarca 17 grandes temas con cientos de indicadores, desde cambio climático hasta trabajo infantil. La calificación máxima posible es de 99 puntos.
Pues ¿qué le cuento? Que vamos como los cangrejos…
En las épocas neoliberales, como la 4T las llama, México tuvo mejores calificaciones, siendo la más alta en 1998 con 65.29 puntos; luego, durante los gobiernos panistas descendió a 59.0 puntos y en el sexenio peñista se comportó de manera oscilante alrededor de esa misma cifra. Es en 2019 cuando el índice da un bajón importante para ubicarse en 39.04, perdiendo ¡20 puntos! La 4T no ha sido capaz de remontar significativamente, y actualmente, nuestra calificación es de 43.39 puntos.
Las bajas cifras de desarrollo aquí enunciadas echan abajo la narrativa triunfalista de la 4T. Es hora de pasar de las palabras a los hechos.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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