Siendo la doctora Sheinbaum una científica y usted un médico tan respetado, esperaba que se acabaran las falacias en cuanto a la salud de los mexicanos
DAVID KERSHENOBICH,
SECRETARIO DE SALUD:
+Falacia: engaño, fraude, embuste.
Diccionario de la Real Academia
Se me hace que le están pasando bolas rápidas, señor secretario. En un comunicado reciente, la Secretaría de Salud informó que durante la Semana Nacional de Vacunación 2024 se habían aplicado 2.2 millones de dosis a menores de edad, lo cual haría pensar que se rebasó la meta de 1.8 millones. Sin embargo, el Centro Nacional para la Salud de la Infancia y Adolescencia (CENSIA), dependiente de la SSA, dio como cifras oficiales poco menos de 1.4 aplicaciones; es decir, el 76% de la meta o bien, el 63% de lo informado por usted.
El asunto es delicado porque México viene de una inconcebible desatención a la vacunación infantil. En sus ansias por dizque transformar todo, en el sexenio pasado se suspendieron las Semanas que con buen éxito funcionaban; fueron sustituidas por las Jornadas Nacionales de Salud Pública. Lo que la 4T no entendió es que no era “en vez de…”, sino “además de…”.
Lo menciono porque las Jornadas se enfocaron a diversas enfermedades y otras medidas preventivas; de pasadita, vacunaron a los menores. Llegó a ocurrir que una madre llegara al centro de salud, pero no hubiera inmunológicos; o que no hubiera suficientes niños como para abrir una ampolleta de cinco dosis. El diseño equivocado de las Jornadas de Salud y la suspensión de las Semanas de Vacunación llevó al país a que la cobertura de inmunización infantil bajara de 95% a 65%.
Además, durante el sexenio pasado BIRMEX dejó de producir las vacunas que el país requería. No entiendo: si la 4T tiene esa visión nacionalista y estatista, cómo es que cambió la misión de BIRMEX para dedicarla, primero, a distribuir medicamentos y luego a la adquisición de éstos. Otro caso más de desmantelamiento de las dependencias, sin ningún sentido.
El problema que le heredó su antecesor -quien solo servía de médico personal y de florero- es muy grave. Los datos preliminares de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2024 (ENSANUT) indican que los niños de 1 a 6 años tienen incompleto su esquema de vacunación; en ninguna vacuna se alcanzó la cobertura mínima deseable, que es del 90% para lograr inmunidad colectiva y evitar transmisiones. También se da el caso de que los niños reciben la primera dosis, pero no la segunda; tal circunstancia explicaría la reciente proliferación del sarampión.
Y hablando del sarampión, me fui de espaldas con los datos internacionales. En general, en el mundo hay un repunte de esta enfermedad; según cifras de la Organización Panamericana de Salud, a nivel de nuestro continente, Canadá lidera el número de casos, seguido por México. La última cifra oficial de anteayer indica que en nuestro país hay tres mil 75 casos, prácticamente concentrados en Chihuahua; cabe resaltar que 92% de ellos es de personas que no estaban vacunadas.
Celebro que la Secretaría cuente con 4.5 millones de dosis de la triple viral (que incluye el sarampión) para niños y 1.4 millones para adultos; lo que me pregunto es si la población lo sabe, porque no veo por ningún lado algún spot haciendo un llamado a inocularse, particularmente a los mayores, quienes podrían sentirse fuera de riesgo, y no es así.
Y ya que estamos hablando de vacunación, quiero llamar su atención sobre las vacunas COVID. Para la Campaña Invernal de Vacunación 2024-2025, el gobierno se propuso como meta aplicar 22 millones de dosis y dentro del lote de vacunas se anunció que habría 700 mil de la vacuna Patria, la hecha en México, mientras que el resto se distribuiría entre la versión Abdala, producida en Cuba, y la Sputnik, fabricada en Rusia.
Pues resulta que, según datos de la CENSIA, solo se aplicaron 6.7 millones, quedando muy por debajo de la meta (29%). La vacuna Patria no fue aplicada porque nunca llegó a ningún centro de salud, lo cual hace sospechar que sigue sin producirse. La vacuna Patria fue otra de las posverdades del sexenio pasado. Ahora, doctor Kershenobich, le pregunto si usted se siente cómodo con que el pueblo reciba la vacuna Abdala, la cual solo se probó entre la población cubana y nunca concluyó las tres fases de experimentación con otras poblaciones, como lo marcan las normas internacionales de bioseguridad. No basta con que México mande a Cuba el petróleo y que contrate a los médicos de ese país, ¿también tenemos que usar sus dudosas vacunas?
Tanto la Abdala como la Sputnik han sido fabricadas para la primera versión del virus del COVID-19 y todos sabemos que el bicho ha mutado en varias ocasiones. A lo que voy es a que esos inmunológicos son obsoletos y están dando a la gente una falsa sensación de seguridad.
Siendo la doctora Sheinbaum una científica y usted un médico tan respetado, esperaba que se acabaran las falacias en cuanto a la salud de los mexicanos. Es injusto e inhumano que continúen los engaños…
Con la colaboración de Upa Ruiz
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