Lo que está perfectamente claro es lo que ha logrado este movimiento: doblegar al gobierno de la señora presidente. Hacer que les cumpla todo lo que le piden
La impredecible y con frecuencia brusca política del presidente de los Estados Unidos, no parece llevar tendencia de mejoría para México. La “única, gran y bella” reforma fiscal que se arrastró semanas en su discusión por el Congreso, dedica pocas páginas del millar que la contiene, a política exterior. Casi nada a los dos vecinos e importantes socios, Canadá y México.
En los últimos capítulos se menciona la imposición de un impuesto especial a las remesas que los trabajadores de Norteamérica envían a sus empobrecidos países de orígen para alivir las penurias de sus familias. La India y México son los principales receptores de esos envíos.
En esta circunstancia ha sido notorio que algunos observadores de la realidad internacional hayan comenzado a buscar nuevos horizontes para las alianzas de Méxixco que sustituyan la natural que dicta la geografía. Las opciones surgieron espontáneamente: en este mundo dividido, si no estás con Estados Unidos tienes que estar con China o Rusia. Una combinación del avance económico de China y el retroceso político de Putin a raíz de la invasión fallida de Ucarania, redujo la ecuación a dos sopas: Estados Unidos o China.
A la chita callando comenzó hace años una opción similar pero no igual: el grupo BRICS. Por las iniciales de los países que lo fundaron, Brasil, Rusia, India, China y Africa del Sur, tendrá su reunión plenaria los días 6 y 7 de julio en Brasil, en pleno período de expansión. A los cinco fundadores se agregaron desde enero de este año Arabia Saudí, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. En la reunión de Brasil se pueden adherir otros cuatro países, entre los que están Cuba y Bolivia.
A pesar de esa apariencia expansionista, BRICS (en inglés, brick quiere decir ladrillo) no aparenta salir de la junta de Brasil sólido y potente. Es seguro de que a la junta no acudan dos personajes principales en esta liga: Vladimir Putin y Xi Ying Pin. Ya veremos.
A quién no veremos en la reunión de este ladrillo flojo y resquebrajado es a la señora presidente de México, que ha sido invitada. Ella, dijo, tiene mucho trabajo aquí. Irá, así lo subrayó, la secretaría de Relaciones Exteriores.
Por lo pronto, México no quiere buscar salidas. Ni cree necesitarlas.
PARA LA MAÑANERA DEL PUEBLO (porque no dejan entrar sin tapabocas): Nuevamente los habitantes de la Ciudad de México han de sufrir, aunque con intensidad reducida, las incomodidades y molestias que la presencia de los maestros de la Coordinadora sindical del magisterio organizado suelen causar.
No se detallan las demandas de los protestantes. Supuestamente se habla de mejoras salariales y de condiciones de trabajo. No es cierto, naturalmente. Los que manejan los hilos de estas secciones del magisterio en el sur de México tienen mucho tiempo de saber que el orígen de su “coordinadora” no tiene nada que ver con las demandas sociales.
Se trata de un movimiento totalmente político. ¿Qué es lo que busca, a dónde quiere llegar? No es fácil entenderlo, no hay pista certera en ese sentido.
Lo que está perfectamente claro es lo que ha logrado este movimiento: doblegar al gobierno de la señora presidente. Hacer que les cumpla todo lo que le piden.
Pero eso no es lo peor: el mensaje que los argüenderos y su víctima-cómplice es más serio. En ete país, en el que la democracia está desapareciendo todos los días, la única manera de conquistar algo es la violencia, la obstrucción, el estrangulamiento y el chantaje.
Los mexicanos lo estamos aprendiendo.