El desabasto de medicamentos y la corrupción alrededor de las compras no solo es culpa de los gobiernos del PRI o del PAN; es responsabilidad de la 4T, tanto del primero como del segundo piso
Dr. David Kersenobich, secretario de Salud:
Hace unos días, la doctora Claudia Sheinbaum afirmó que su gobierno busca recuperar “la esencia de lo público” en los servicios de salud y que, si éstos no están en mejores condiciones, es por la corrupción de otros gobiernos. Mmmmhhh…
Lo cierto es que hasta antes del primer piso de la 4T no había una escasez de tales dimensiones: 30%. Habrá que dar Memantina a la mandataria, porque si alguien destruyó el sistema de salud fue el anterior inquilino de Palacio Nacional; no voy a repetir aquí la historia de malas decisiones que don Andrés tomó en el sexenio pasado, quien en vez de corregir los errores y aprovechar lo que sí funcionaba, se dedicó a derrumbar todo y empezar de cero, como si las enfermedades pudieran esperar.
También culpa a las pasadas administraciones de corrupción. Segundo mmmhhhh…
No dudo que en el pasado se dieran malos manejos, pero ya se le olvidó a la presidenta que en el mes de abril la Secretaría Anticorrupción y Buen Gobierno detuvo las contrataciones por encontrar sobrecostos de alrededor de 13 mil millones de pesos; o sea que la corrupción está ocurriendo ahora, durante el segundo piso de la 4T.
La suspensión de las contrataciones tuvo dos consecuencias:
La primera, que fueron despedidos el director de BIRMEX y otros cinco funcionarios que participaron en las licitaciones, sin que a la fecha sepamos quién de ellos está involucrado en el intento de peculado. La segunda, que se volvió a atrasar la compra y, por tanto, la distribución de medicamentos; incluso se detuvo la radicación de contratos que no presentaban anomalías. Tercer mmmhhh…
Celebro que la doctora Sheinbaum y Raquel Buenrostro, titular de la Secretaría Anticorrupción, se tomen muy en serio el expolio que malos funcionarios pretenden hacer del erario. Lo que no se vale es que se den baños de pureza cuando encontraron un intento de fraude en esta administración y hay sospechas de otro anterior.
Mire, doctor Kersenobich:
BIRMEX, la empresa encargada de la adquisición y distribución, está metida en otro lío. El propio auditor externo de la paraestatal se negó a presentar el dictamen sobre los estados financieros al cierre de 2024; no entiendo cómo BIRMEX preparó los tradicionales “libros blancos” para el proceso de entrega/recepción al final del sexenio.
La negativa del auditor obedeció, según ha trascendido, a que no recibió toda la información requerida ni datos que le permitieran conocer si las anomalías detectadas en 2023 habían sido subsanadas, incluyendo el inventario de la infausta Megafarmacia.
Volviendo al presente, en teoría el pasado 30 de mayo debió concluir la subasta inversa llevada a cabo para la compra de los medicamentos e insumos cuyos contratos fueron cancelados cuando se detectaron los sobreprecios. Sin embargo, es fecha en que no se nos ha informado cuáles fueron los resultados y todo indica que el desabasto continúa y particularmente sigue la escasez de fármacos para enfermedades de alto riesgo. Mire nada más don David:
El pasado 10 de junio, Alejandro Barbosa, presidente de la organización Nariz Roja, dio un ultimátum a la presidenta Sheinbaum. Suena muy fuerte, pero he aquí sus razones.
Nariz Roja es una organización sin fines de lucro fundada hace 13 años cuyo propósito es ayudar a los pacientes de escasos recursos que sufren cáncer. Adquirió notoriedad el sexenio pasado por sus protestas ante el desabasto de tratamientos oncológicos. En el video que Barbosa subió a la red social X muestra todo su coraje porque las declaraciones oficiales de que ya se compraron y distribuyeron los fármacos, no coinciden con la realidad vivida por los pacientes. “Tenemos recetas (sin surtir), tenemos los testimonios de los papás de niños con cáncer que se atienden en hospitales públicos”, expresa con indignación sobre el desabasto.
A Nariz Roja no le importa hacer recaudación de fondos, como lo hacía en sus inicios, pero el desabasto ha incrementado la demanda de apoyos y, de plano, no alcanzan a cubrir un gasto que es obligación del Estado. La organización está harta de escuchar siempre lo mismo de parte de los funcionarios: “Lo estamos atendiendo” o “Es que hubo un fraude”.
La demanda puntual de Nariz Roja es ver los documentos que prueben la compra de los fármacos, su distribución y a cuáles hospitales. De no contar con esta información a más tardar el 17 de junio, van a proceder a la movilización y se las gastan fuerte: toma del aeropuerto y bloqueo de calles, porque “es la única forma en que (los funcionarios) responden a la gente, ¡a sombrerazos!”
Como ve, doctor Kersenobich, el desabasto de medicamentos y la corrupción alrededor de las compras no solo es culpa de los gobiernos del PRI o del PAN; es responsabilidad de la 4T, tanto del primero como del segundo piso.
Como bien dice Barbosa: “Ya no jueguen con la salud de la gente”.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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