Algo que ayudaría al combate de la violencia sería levantar las barreras que protegen a quienes han abrazado a los grupos “generadores de violencia”
Las plataformas de redes sociales nos han traído muchas ventajas. Podemos comunicarnos con amigos, colaboradores, personas cercanas y no tan cercanas y tener acceso a un mundo de información de todos los temas que imaginemos.
Pero las redes sociales también han traído retos en materia de seguridad, como chantajes, robos de identidad, tráfico de personas, pornografía y, recientemente, se convirtieron en escenarios del asesinato de Yesenia Lara y Valeria Márquez, la primera candidata a una presidencia municipal en Veracruz, mientras que la segunda era una modelo con miles de seguidores en estas plataformas. Sus seguidores pudieron ver en directo cómo ambas perdían la vida a manos de desconocidos que consiguieron escapar.
A la lista de asesinatos mediáticos debemos agregar el de Armando Córdova, exdiputado del PRI, y exdirigente de ese partido en Jalisco, que fue acribillado mientras estaba en una cafetería del municipio de Zapopan.
Los tres asesinatos son una muestra de la complejidad del problema de seguridad que hay en el país y de lo que falta por avanzar. Son un recordatorio que no es tiempo de echar las campanas al vuelo, ya que falta mucho para meter en cintura a los grupos delincuenciales que quieren seguir recibiendo abrazos.
Me parecen esperanzadoras las declaraciones del secretario de Seguridad, Omar García, que habla sí de los logros en materia de seguridad, como la baja de 25% en los homicidios dolosos, pero a la par señala que el trabajo debe seguir.
Algo que ayudaría al combate de la violencia sería levantar las barreras que protegen a quienes han abrazado y siguen abrazando a los grupos “generadores de violencia”, como les dicen ahora, porque esos protectores, con sus abrazos, los cubren con un manto de impunidad y les abaratan el costo de delinquir.
El primer tropiezo en este camino para la pacificación del país se registrará el próximo uno de junio, con la elección de jueces ministros y magistrados del Poder Judicial, una elección mal organizada y que va derecho al basurero de la historia, ya que sus mismos organizadores y promotores han reconocido que entre los candidatos se les coló gente indeseable.
Como defensa han dicho que son muy pocos comparados con el universo de aspirantes, pero tratándose de la impartición de justicia, incluso un mal candidato, es algo que no se puede aceptar.
EN EL TINTERO
Estoy seguro que más de un miembro de la élite en el poder, sea guinda, rojo, azul, amarillo, naranja o verde estará inquieto tras conocerse que Ovidio Guzmán llegó a un acuerdo para declararse culpable de lo que lo acusan en Estados Unidos y luego ver cómo 17 de sus familiares cruzaban la frontera norte, presumiblemente como parte de este acuerdo.
Será en las próximas semanas o meses que conozcamos las declaraciones y la lista de personajes que sacrificará el gobierno de la 4T.
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