El discurso hipnotizante del Presidente hace que muchos se crean que las gasolinas no suben más que la inflación
López Obrador lo quiere olvidar, pero prometió precios de las gasolinas más bajos de cuando inició su gobierno.
Seguro le falla la memoria, pero dijo que para este 2024 todas las gasolinas que se consumieran en México serían refinadas en nuestro país y eso simplemente no ha sucedido.
A pesar de que más de 60% de las gasolinas que se consumen en México son importadas de Texas, el precio al consumidor de la gasolina regular es 60% más cara que en su lugar de origen.
La refinería de Dos Bocas ha recibido inyecciones de combustibles de Veracruz para que, en algún momento cercano, previo a las elecciones, López Obrador abra la llave y finja que ya opera su cara refinería.
Los niveles de huachicol de combustibles se han incrementado hasta los niveles más altos de todo el sexenio, la Gerencia de Estrategia y Sistemas de Seguridad y Monitoreo de Petróleos Mexicanos acepta que al cierre del año pasado se registraron 14,890 tomas clandestinas de gasolina.
Este régimen ha puesto todas las barreras, legales e ilegales, a las empresas privadas para impedir la libre competencia de las gasolineras diferentes a las de Pemex, en perjuicio de los consumidores.
Y con todo y el pésimo manejo que ha tenido este régimen del mercado de los energéticos, específicamente del mercado de las gasolinas, no hay ninguna clase de reclamo social.
La maestría en el manejo de la propagada por parte del régimen le ha sacudido a López Obrador cualquier responsabilidad. No hay reclamo ni por las promesas incumplidas, ni por la impericia en el manejo del mercado gasolinero y ni por el dispendio de recursos en la refinería que no refina de los pantanos de Tabasco.
Con la misma maestría con la que apabulló al gobierno de Peña Nieto cuando emprendieron, con una total falta de pericia política, el proceso de terminar con los subsidios a las gasolinas y dejar esos combustibles a la libre flotación.
Una medida positiva, muy de izquierda, que López Obrador, desde la oposición, convirtió en el peor pecado económico del gobierno anterior.
Pero hay algo positivo en eso de que la mayor parte de los seguidores de López Obrador sean tan acríticos y que sus opositores sean tan torpes para comunicar las andanzas del gobierno.
Estamos a 20 días de las elecciones y hay que pagar hasta 26 pesos por litro de gasolina y no hay necesidad de que la Secretaría de Hacienda deje de percibir enormes cantidades de dinero para subsidiarlas.
El discurso hipnotizante del Presidente hace que muchos se crean que las gasolinas no suben más que la inflación.
Así, esta semana los consumidores reciben solamente un subsidio de 2.19% en la gasolina regular Magna y pagan 6.03 pesos del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), además del IVA.
En la gasolina de octanaje medio, la Premium, los consumidores pagan el IEPS completo de 5.21 pesos y en el Diesel, también sin subsidio fiscal, se pagan completos 6.78 pesos de IEPS.
Así que, al menos esta forma de engatusar a sus seguidores deja algo bueno para las finanzas públicas, que, por otra parte, pierden enormes cantidades de recursos públicos por la tubería del gasto electoral del Presidente.
