Las funciones sustantivas del coordinador de Relaciones Institucionales del gobierno de la Ciudad de México están por definirse
Desconcertados, algunos analistas políticos y líderes morenistas manifestaron su extrañeza por los recientes cambios en el gabinete de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, en vísperas del cuarto aniversario de su triunfo electoral y a punto de iniciar una nueva etapa de su proyecto político.
¿Sorpresas? Claudia Sheinbaum corrigió a tiempo “lo que no funcionó” y decretó el remplazo en la Secretaría de Obras, a la que regresa Carlos Alberto Ulloa, uno de sus colaboradores más cercanos, desde que el político de origen chiapaneco trabajaba con Carlos Imaz. El exalcalde de Tláhuac, Rigoberto Salgado, asumió la Secretaría de Inclusión y Bienestar, para coordinar el despliegue de los programas sociales en las 16 demarcaciones.
Amador Rodríguez Lozano es el nuevo coordinador de Relaciones Institucionales. Su arribo al equipo de la jefa del gobierno capitalino debe atribuirse única y exclusivamente a la influencia de Antonio Santos Romero, uno de los personajes más influyentes en el Palacio del Ayuntamiento.
La chiapanización de la oficina de Sheinbaum es innegable. En aquella entidad del sureste coincidieron Santos Romero y Rodríguez Lozano hace dos décadas. Ambos habían dejado los cargos partidistas y legislativos —uno en el PRD, otro en el PRI— para enfocarse en la operación política y las estrategias electorales.
Claudia apuesta a la eficiencia y la confianza. ¿Y la polémica? Rodríguez Lozano, exsecretario del gobierno de Baja California, es inmune a las críticas por su pasado como “operador electoral”, aunque sean repetitivas y malintencionadas. En los años recientes pudo involucrarse con la Cuarta Transformación gracias a su amigo Rutilio Escandón —ambos se conocieron en sus años universitarios, en Tijuana—, a quien ayudó durante las elecciones del 2018 con resultados notables:
Incluso entonces, mantuvo su apego a la mega urbe fronteriza, con vuelos Tuxtla Gutiérrez-CDMX-Tijuana cada fin de semana. Apenas antier, Rodríguez Lozano arribó a la capital después del mediodía para presentarse muy temprano en el Palacio del Ayuntamiento.
Las funciones sustantivas del coordinador de Relaciones Institucionales del gobierno de la Ciudad de México están por definirse. “Nada de reingeniería gubernamental. Se integra con la única tarea de hacer lo que sabe hacer”, dice un colaborador de la jefa.
¿Y nadie más sabe hacerlo? Hace un año, Morena perdió la mitad de las alcaldías en la Ciudad de México, a pesar de un abanico de programas sociales y el despliegue de operadores políticos leales a la causa obradorista.
La batalla electoral del 2024 requiere otras habilidades, sobre todo una lectura correcta del mapa electoral y del humor social. Claudia Sheinbaum deberá conquistar la candidatura de Morena antes de emprender la ruta a Palacio Nacional.
Efectos secundarios
CONEXIONES. La secretaria del Trabajo, Luisa María Alcalde, apareció a finales de la semana pasada en la pantalla del centro de convenciones de Fortaleza, Brasil, donde más de 600 representantes de 24 países y 124 sindicatos de América y Europa tuvieron su primera reunión presencial, luego de dos años de pandemia. Era el bloque político de la UNI Global Union-Americas, en la que además intervinieron los presidentes Alberto Fernández, de Argentina y Gabriel Boric, de Chile; Yolanda Díaz, ministra del Trabajo de España, y Jose Guimarães, vicepresidente del PT brasileño.
POLÉMICAS. Asentados en una amplia zona de Chihuahua y Sonora desde hace más de 150 años, los LeBarón, La Mora y otras familias Mormones fundamentalistas pugnan por el reconocimiento de su autodeterminación. Un retrato —distinto, por perturbador— quedó registrado en The Colony (Liveright, 2022), de Sally Denton, y que es refrendado por la realidad cotidiana: el pasado jueves 30 de junio, Mario LeBarón terminó en el hospital Dublan con severas lesiones en el rostro. Es el segundo incidente violento contra aquellos que critican a la mayoría.
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