“Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”. Esta frase que se adjudica al padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, resume muy bien uno de los grandes errores que cometen muchas de las personalidades de los mundos públicos y privado que se exponen al escrutinio de los medios pero, sobre todo, de la opinión … Continued
“Uno es dueño de lo que calla y esclavo de lo que habla”. Esta frase que se adjudica al padre del psicoanálisis, Sigmund Freud, resume muy bien uno de los grandes errores que cometen muchas de las personalidades de los mundos públicos y privado que se exponen al escrutinio de los medios pero, sobre todo, de la opinión pública y de la publicada.
En los extremos, tan malo es callar por excesiva prudencia como pésimo hablar por sólo salir del paso ante la prensa, sin medir las consecuencias de una declaración.
“Y yo por qué” está dentro de las clásicas y famosas respuestas que se preservan en el anal de los recuerdos, dicha por el ex presidente Vicente Fox a pregunta de qué haría su gobierno ante el conflicto que se generó entre los propietarios de Canal 40 (Moreno Valle) y de TV Azteca (Salinas Pliego) durante la toma de instalaciones de esta última.
La declaración pasó a reforzar la percepción de que lo que menos hacía Fox es estar interesado en los asuntos de Estado.
Uno quisiera pensar que el “llueva o truene” expuesto por el Secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet Chemor, sobre el hecho de que se aplicaría la evaluación a maestros el fin de semana último, conllevaría un mensaje de advertencia o intimidación. Pero la realidad de los hechos es que la frase ha quedado maltrecha ante la suspensión (temporal, parcial o total) del examen en Michoacán, Chiapas y Guerrero.
Cierto, en la mayoría del país se pudo aplicar, pero en esencia el “llueva a truene” quedó en tela de duda frente a las acciones de una agrupación magisterial, como la CNTE, que está empoderada política y económicamente por un cúmulo de intereses.
No es el caso de Chuayffet solamente.
Bronco, como su alias, Jaime Rodríguez Calderón salió a exigir pronta respuesta de las autoridades para el esclarecimiento del multihomicidio en un depósito de cervezas, ocurrido la semana pasada en el municipio de García –en la zona conurbada de la metrópoli de Monterrey- donde fue alcalde.
“No debe la policía y las autoridades relajarse en ese tema. Deben buscar hasta encontrar a los culpables, sin escatimar nada. No deben permitir que vuelva la ola de violencia que según los actuales gobernantes dicen todos los días que está controlado (sic)”, escribió presuroso el gobernador electo de Nuevo León.
Con la vara que mides serás medido, está inscrito en el refranero popular.
Y con esa prontitud y exigencia que hoy pide Rodríguez Calderón será medido. Pareciera que no está enterado de que el tema de la delincuencia organizada está enraizado en el estado que tendrá a su cargo y que las detenciones no son cosa de un momento a otro.
O quiere lucrar políticamente, desde ahora. O, como escribe Ciro Gómez Leyva, hay un tema personal porque el asesinato múltiple ocurrió en el negocio de uno de sus amigos, Jesús Perales.
Las dos versiones que existen sobre el depósito de cervezas son, por un lado, que operaba como centro de distribución de drogas y, por otro, que fueron sembradas la droga y armas encontradas en el lugar. Como sea, una toma de posición inmediata implica riesgos adicionales. Y El Bronco será esclavo de lo que escribió.
En semanas anteriores la folclórica –por su lenguaje florido- delegada electa de Miguel Hidalgo, Xóchitl Gálvez, expuso que “estar chingue y chingue funciona”, refiriéndose a su perseverancia para lograr ser candidata por el PAN. No faltará en esa demarcación –de gran cantidad conflictos- alguien o algunos también estén duro y duro para presionar a la ex integrante del gabinete de Vicente Fox.
Los ejemplos pueden ser muchos respecto a la relevancia que tienen las declaraciones ante los periodistas.
Muchos lo toman con ligereza y hasta con gracia. Olvidan que sus comentarios tienen repercusiones en el debate y escrutinio tanto en el público como en los círculos rojos de cada quien.
Y claro, cuando las consecuencias aparecen, lo primero que hacen es culpar a los medios sin tomar en consideración que serán esclavos de sus dichos ante sus públicos.
En términos de comunicación a este error se le puede denominar el “efecto boomerang” o muy coloquialmente, escupir para arriba.
Hablar ante los medios periodísticos implica responsabilidad y claridad. Sobre todo por la repercusión en los diferentes grupos de la sociedad.
Baste resumir que muchas situaciones críticas –tanto en el mundo de la política como en el de los negocios- se han generado no tanto por hechos específicos, sino por declaraciones irresponsables.
PostScriptum.- La trampa de Trump (Trump´s trick): “Me gusta México” pero esconde que sin mexicanos. No es relevante él, sino relevante es que su discurso de ultraderecha exacerba el odio racial que viene creciendo como bola de nieve en Estados Unidos –desde las golpizas que propinan policías blancos a “morenos”, hasta la ejecución en la Iglesia metodista afroamericana, que ha llevado al Presidente Obama a advertir que EU no está curado del racismo.
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