Un niño falló un gol que era prácticamente imposible errar y acabó llorando, y es que el futbol también genera tristeza y desesperación.
Fallar un gol sin portero y a medio metro de la portería es casi imposible, incluso si lo intentas, y más aún si el equipo rival accede a no impedir que anotes. Casi, porque en el futbol todo puede pasar e incluso esos goles se pueden fallar.
Esto ocurrió en Turquía en el torneo de niños Balkan Club, en el partido entre el Korricu y el Bursasporr. Este último, de amarillo, marcó un golazo de tiro libre directo y obviamente todos los niños se fueron a celebrar juntos. En ese momento los rivales se vieron más abusados y aprovecharon a igualar el marcador en lo que los otros festejaban.
Solo que a su entrenador no le gustó la artimaña de sus niños, y les ordenó que se dejaran anotar otro gol para anular el que ellos lograron de forma poco ética. Obedecieron claro.
El problema fue que el delantero del Bursasporr falló el gol pactado, disparó con potencia pero la pelota pegó en el poste y se fue de la cancha. El niño acabó destrozado por esta acción de realismo mágico, se quitó la camiseta y se fue corriendo en llantos.
Que mala suerte, pero ojalá esto lo haga mejorar. Está en la edad ideal de aprender que los errores son solo errores y que el futbol, al menos en su edad, es solo un juego.
Con información de ABC.
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