La Jornada el anuncio de que en esa edición tenían como colaborador de lujo nada menos que a Enrique Peña Nieto, con un artículo titulado “Combatir la corrupción”
Cuando vi en la portada del periódico La Jornada el anuncio de que en esa edición tenían como colaborador de lujo nada menos que a Enrique Peña Nieto, con un artículo titulado “Combatir la corrupción”, no lo pensé dos veces para comprar, de inmediato, un ejemplar del diario. (Si lo hubiera pensado dos veces hubiera caído en cuenta que estoy suscrito a ese periódico y que lo recibo en casa).
Diez pesos es nada para acompañar el desayuno con la prosa del presidente y de sus colaboradores, que me imagino metieron mano en algunos párrafos. Esto se nota por el cambio de estilo. A continuación haré una glosa del precitado artículo transcribiendo algunos enunciados que entrecomillaré, así mismo señalaré dentro de un paréntesis mis comentarios.
Luego de un exordio en el que el mandatario expresa que vivimos uno de los procesos de transformación más importantes de la historia moderna a partir de las 11 grandes reformas que harán posible convertir a México en el país que todos queremos, para lo que se requiere el esfuerzo de gobierno y sociedad expresa: “En 2014, el índice de Percepción de la Corrupción de la organización Transparencia Internacional nos ubicó en el lugar 103 de 175 naciones. Si bien es cierto que en todos los países del mundo se percibe corrupción es inaceptable que México tenga una evaluación tan baja”. (¿Será porque un altísimo funcionario declaró que en nuestro país la corrupción es cultural?)
“Por ello, este miércoles promulgaré la reforma constitucional en materia de combate a la corrupción (…) un ejercicio inédito de discusión y construcción de acuerdos, en el que participaron todas las fuerzas políticas y -de manera determinante- la propia sociedad civil, enriqueciendo la iniciativa con sus ideas y propuestas”. (Quisiera ser miembro de la “propia sociedad civil” para que mis ideas y propuestas fueran tomadas en cuenta. ¿Cómo se le hace para conectarse? ¿Debe uno inscribirse? O bien, para pertenecer a la propia sociedad civil, a la que se le toma en cuenta su opinión, se apunta uno en una lista de donde podrá ser insaculado como los candidatos de Morena).
“México contará ahora con un Sistema Nacional Anticorrupción (…) El sistema contempla un Comité de Participación Ciudadana integrado por cinco mexicanos distinguidos”… (Quiero pensar que estos “cinco mexicanos distinguidos” no pertenecerán a ningún partido político pero, ¿quién los nombrará? Habría que crear un Comité para nombrar al Comité de Participación Ciudadana y otro Comité para nombrar al Comité que nombrará al Comité de Participación Ciudadana, y así sucesivamente para que todos pertenezcamos a algún comité. Otra cosa: ¿qué se entiende por mexicanos distinguidos? El Chicharito Hernández y el Canelo Álvarez lo son. También son mexicanos distinguidos Alejandro G. Iñárritu, Alfonso Cuarón y Javier Sicilia).
“La Auditoría Superior de la Federación (ASF) se consolidará como el máximo órgano de fiscalización (…) Sus nuevas atribuciones le permitirán realizar auditorías en tiempo real, cuando posibles ilícitos están siendo cometidos”. (La mala redacción de la frase no le quita lo interesante al tema de que habrá una auditoría cada 10 minutos).
“Ahora también (la ASF) podrá vigilar el ejercicio de las participaciones federales y los fideicomisos que utilizan recursos públicos”. (¿Cómo que ahora? ¿Esto significa que antes no? No, pues con razón).
“Otra de las nuevas disposiciones de esta reforma transformadora -la número 12- es que los próximos titulares de la Secretaría de la Función Pública deberán ser ratificados por el Senado. Esto con el objetivo de generar esquemas de corresponsabilidad entre poderes y garantizar la imparcialidad en el desempeño de sus funciones”. (Bien pudo poner como ejemplo el de Virgilio Andrade, nombrado por el primer mandatario y, por ende, con gran tendencia a ser parcial a favor de su protector en los casos de la mansión de la señora Angélica en las Lomas y de la casa de campo -de golf- del señor Videgaray en Malinalco).
“Sin embargo, para mí el cambio más relevante de este nuevo paradigma es que, por primera vez, nuestra Constitución reconoce que, tanto ciudadanos como servidores públicos, somos corresponsables de combatir la corrupción. De hecho, podrán ser castigados funcionarios, particulares y empresas que hayan participado en este tipo de actos. Mientras que los servidores públicos de todos los ámbitos de gobierno serán sancionados hasta con penas de prisión, las empresas pueden llegar a ser disueltas”. (Ahora resulta que los servidores públicos que caigan en actos de corrupción “serán sancionados hasta con penas de prisión”. Lo cual significa que antes no se les podía enrejar; con razón Madrazo, Murat, Moreira y Montiel -por citar cuatro cuyo apellido empieza con M- gozan de libertad).
(Supongo que entre los poco más de 6,000 lectores que calculo -sin copetear- tener, algunos podrán ser corruptos. A ellos quiero decirles que allá ustedes y su cochina conciencia, mientras tanto síganle pegando al peligro porque al fin y al cabo el redactor Peña Nieto escribió casi al final de su escrito:
“Ningún proyecto jurídico puede, ni debe considerarse, un producto terminado. Hacía adelante, será necesario generar nuevos consensos para dar forma a las instituciones y leyes secundarias que integrarán el nuevo Sistema Nacional Anticorrupción”. (Lo cual en el lenguaje político significa que va a tardarse un buen rato -mínimo lo que resta de sexenio- para en que empiece a funcionar, si es que funciona, el Sistema Nacional Anticorrupción.