El tornado que azotó Ciudad Acuña pudo ser previsible en cuanto a que pudiera ocurrir, pero nunca sobre el momento específico ni la intensidad que traería y los daños que generaría. Lo mismo puede decirse de la temporada de ciclones que este año traerá mayor cantidad de fenómenos (19) respecto a años anteriores, de los … Continued
El tornado que azotó Ciudad Acuña pudo ser previsible en cuanto a que pudiera ocurrir, pero nunca sobre el momento específico ni la intensidad que traería y los daños que generaría.
Lo mismo puede decirse de la temporada de ciclones que este año traerá mayor cantidad de fenómenos (19) respecto a años anteriores, de los cuales 4 pueden de alta intensidad, especialmente en el Pacífico.
A ello se agregará el hecho de la inestabilidad que puede generar la presencia del fenómeno de El Niño que implica calentamiento de las aguas, que inciden en la posibilidad de cambios de rumbos de los fenómenos e incluso de su intensidad. Muy similar a lo sucedido en Los Cabos el año pasado.
Aún existen diferencias entre comunidades científicos, pero en esta circunstancia –tanto como en la del tornado de Ciudad Acuña- tiene que ver el cambio climático.
La alerta es la principal herramienta de prevención para evitar daños mayores. Hay experiencia en varios sitios del país que cuando se hace caso a los avisos de las autoridades sobre todo de Protección Civil y del Servicio Meteorológico Nacional se reducen las probabilidades de muertes o lesiones. Es el caso de Los Cabos y La Paz, Baja California Sur, -el año pasado- en donde los reiterados avisos a la población llevaron a que la gente se resguardara oportunamente en sitios que pudieran ser seguros. Los daños materiales fueron cuantiosos pero el número de víctimas fue mínimo.
O en Cancún hace varios años donde si bien la intensidad no fue elevada, las advertencias permitieron que la gente se resguardara y protegiera su patrimonio.
La mejor manera de evitar afectaciones a la integridad de las personas es atender las alertas tempranas algo que no del todo se atendió en septiembre de 2013 cuando el ciclón Manuel generó graves daños en un sector de Acapulco debido también a la confluencia de otros hechos graves: el asentamiento en zonas modificadas para usos urbanos o el establecimiento de población en zonas irregulares.
De hecho, los sectores de población más vulnerables son los que se ubican en las cercanías de lechos de ríos y que han llegado ahí para ubicarse irregularmente ante la complacencia o complicidad de autoridades municipales bajo la bandera de líderes que obtienen grandes beneficios. Se trata de gente que va migrando a las zonas urbanas.
Este año, una característica adicional de la temporada de ciclones es que ocurrirán en tiempos cercanos, con una intensidad proyectada alta para cuatro de ellos, lo que significa la probabilidad de mayor caída de agua en poco tiempo, a lo que se agregan los escurrimientos desde zonas altas lo que puede causar crecida de ríos y, en el caso de zonas urbanas, inundaciones.
En algunas ciudades el problema radicará también en si las autoridades municipales hicieron el oportuno desazolve en el drenaje, dado que se da gran cantidad de acumulación de basura, y dragado en afluentes que también son usadas como basureros.
La mejor oportunidad para evitar lamentarse radica en la prevención.
La población tiene el compromiso de atender la información de alerta de tomar las precauciones necesarias y, en su caso, de evacuar con oportunidad. Las autoridades, sobre todo las municipales, de poner especial en zonas irregulares que son regularmente las más devastadas y habitadas por personas de escasos recursos, para buscar los reasentamientos en la medida de las posibilidades.
O de lo contrario estaremos ante el clásico. ¿por qué no se hizo nada a tiempo?
Postscriptum.- El apoyo que varias organizaciones de la sociedad civil dará en marchas a las fuerzas federales que combaten a la delincuencia organizada; grupos sociales que han mostrado muchas ocasiones posiciones críticas sobre los avances en combate a la inseguridad en el país, empieza a mostrar el cierre de filas por un sector que se inclina por la firmeza en las acciones gubernamentales, frente a otros grupos que miran –como han insinuado- que militares, marinos y policías están tomando represalias o simplemente ejecutado a delincuentes en operativos como el ocurrido en los límites de Michoacán y Jalisco en el que perecieron 43 presuntos miembros del Cartel Nueva Generación de Jalisco. Por lo pronto, la ubicación del rancho El Sol da cuenta de que se sigue de cerca a ese grupo delincuencial.
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